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BRUSELAS

Los Veintisiete presionan a Johnson para que siga negociando

La distancia que separa a la Unión Europea del Gobierno británico sobre los tres asuntos claves para la futura relación tras el Brexit sigue siendo demasiado grande para un acuerdo, según constataron ayer los Veintisiete. Aun así, presionan a Londres, que se mostró decepcionado por la falta de avances, para que siga negociando.

Las garantías para asegurar una competencia justa entre las empresas comunitarias y británicas, la gobernanza del futuro acuerdo y la pesca siguen siendo los temas determinantes en las negociaciones entre la UE y Gran Bretaña, que ayer abordaron los líderes comunitarios en una cumbre que continúa hoy.

Los líderes de los Veintisiete dijeron estar dispuestos a realizar «un esfuerzo razonable» sobre la cuestión de la pesca, un aspecto delicado para varios socios. El negociador comunitario, Michel Barnier, indicó que este esfuerzo «pasa por un acceso a las aguas recíproco y estable».

Los líderes europeos intentaron presionar a Londres a la vez que le citaron para continuar las conversaciones la próxima semana en la capital británica. «Queremos un buen trato, pero no a cualquier precio», insistió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Así, pidieron a Barnier que siga negociando en las próximas semanas, pero demandaron a los Estados miembros, instituciones europeas y otros actores que se preparen también para el escenario de un fracaso y una salida definitiva sin acuerdo el 31 de diciembre, cuando expire el periodo de transición.

Los Veintisiete constataron que sobre los tres asuntos clave «la distancia es aún demasiado grande» como para poder pensar en una solución.

El Gobierno británico dijo estar «decepcionado». Su negociador, David Frost, se mostró «sorprendido porque la UE no se comprometa a trabajar de manera más intensiva».

Antes de la cumbre, la canciller alemana, Angela Merkel, reiteró que el acuerdo tiene que ser justo para ambas partes y no debe alcanzarse «a cualquier precio». Merkel respondía así al primer ministro británico, Boris Johnson, que el miércoles expresó su «decepción por que no se hayan hecho más progresos en las últimas dos semanas».

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, insistió en que Gran Bretaña debe aplicar por completo el acuerdo de salida de la UE sin renegociar las cláusulas «y punto final», en alusión a la ley diseñada por Londres para eludir el cumplimiento de parte del pacto.

El presidente francés, Emmanuel Macron, anticipó incluso un fracaso en las negociaciones y aseguró que «si no se encuentran buenos términos al final de la discusión, estamos preparados para un no acuerdo para la relación futura». Macron subrayó que los pescadores «no serán los sacrificados de este Brexit».

Johnson había fijado el 15 de octubre como fecha límite para que los británicos llegaran a un acuerdo.

Las dos partes se acusan mutuamente de dejar que corra el tiempo con el riesgo de un «no acuerdo» potencialmente devastador para sus economías, ya debilitadas por la pandemia.

Navalny y Turquía

Por otro lado, la UE sancionó ayer a varias personalidades rusas cercanas al Kremlin, al achacarles responsabilidades en el supuesto envenenamiento del opositor Alexei Navalny y en el conflicto libio. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, advirtió de que «no quedarán sin consecuencias».

En cambio, los Veintisiete no han llegado a este extremo con Turquía, implicada en los conflictos de Libia, Siria y Nagorno Karabaj, además de en el que le enfrenta directamente a socios comunitarios como Chipre y Grecia por las aguas del Mediterráneo. La cumbre europea aborda hoy la relación con Ankara.

 

La vigilada Polonia apela al caso español

Polonia y Hungría están en el punto de mira de las instituciones europeas por las reformas introducidas en sus sistemas judiciales y podrían ser objeto de sanciones, incluida la pérdida de voto en el Consejo Europeo, en un momento en que se está discutiendo el cumplimiento del Estado de derecho como posible condición para el reparto de fondos de recuperación tras la pandemia. El subsecretario polaco de Exteriores, Pawel Jablonski, avivó la polémica al preguntar si tras sancionar a Polonia por elegir al poder judicial por una mayoría de tres quintos del Parlamento, «¿qué hará Bruselas si España nombra el CGPJ por la mitad más uno?», en referencia a la reforma que plantea el Ejecutivo español para desbloquear los nombramientos del poder judicial. También lo aprovechó la oposición de PP y Ciudadanos, que lo consideran un «atropello constitucional», y aludieron a los casos polaco y húngaro. La Comisión Europea dijo «seguir de cerca» el proceso de reforma del sistema de elección del CGPJ.GARA