Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Lakua cumple con el augurio

Cuando en julio, la UE anunció la creación de un Fondo de Recuperación Europeo de 750.000 millones de euros, para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, los mandatarios de Europa lo calificaron de «pacto histórico», una especie de New Deal del siglo XXI. En el Estado español, los 140.000 millones que recibiría, se vieron como otro Plan Marshall que venía a paliar el desastre económico y social que se avecinaba. En medio de la euforia de los millones, Yanis Varoufakis, exministro de Economía griego y conocedor de las emboscadas de austeridad y recortes que encierran las ayudas económicas de la UE, en una entrevista, advirtió que los fondos llegarían tarde, muy avanzado el 2021, y que sobre todo beneficiarían a las grandes corporaciones. Con el verano terminado y el covid-19 haciendo estragos, el reparto del Fondo ha vuelto al debate político. Y miren por dónde ha sido el Gobierno Vasco uno de los primeros en confirmar los augurios de Varoufakis. Iberdrola, Petronor, el TAV, Mercedes o un nuevo Guggenheim en Urdaibai (para mayor gloria del negocio turístico), serán quienes se beneficiarán de los 10.228 millones solicitados por Urkullu. Luego, en nombre de una obligada «estabilidad presupuestaria», reafirmarán los recortes, los despidos... y, atrás, volverán a quedarse los de siempre, las clases más vulnerables, confinadas en la cuneta de la historia.