GARA
IRUÑEA

Sustrai propone que las renovables se aparten de la vía del consumismo

La Fundación Sustrai Erakuntza apuesta por la implantación en Nafarroa de pequeñas instalaciones de producción de energía renovable, en lugar de los grandes parques eólicos o solares, y aboga por reducir el «consumismo» mediante cambios en los hábitos sociales. Aporta datos sobre la evolución de la producción y nuevos proyectos.

En un informe presentado ayer bajo el título “El nuevo boom de las energías renovables en Navarra. Situación, impactos y propuestas alternativas”, Sustrai señala que gobiernos de distinto signo político han realizado una planificación muy semejante en materia energética, en la que, a su juicio, «ha primado el incremento en la capacidad de producir y consumir energía».

«Ninguno se ha planteado, en ningún momento, cerrar las ilegales centrales térmicas de Castejón, por ejemplo, ante el aumento de los polígonos de captación de energía renovable», señalaron los representantes de la fundación durante su comparecencia en Iruñea.

Sustrai considera que tanto la Zona Media como Erribera «se encuentran saturadas de parques eólicos, que causan grandes impactos ambientales, en especial a la avifauna», pero advierte de que aun así «se siguen aprobando nuevas infraestructuras en esas mismas zonas, muchas de ellas situadas junto a zonas protegidas donde los daños que realizan son mayores».

«Y las previsiones a futuro indican que la presión sobre los ecosistemas seguirá en aumento, dado que la planificación de Navarra, del Estado y de Europa coinciden en ese objetivo», lamenta este colectivo.

«Un nuevo boom»

Es más, como recogió Efe, la fundación incide en que «nos encontramos con un nuevo boom de los grandes proyectos renovables en Navarra propuestos y decididos por diferentes empresas, y que exceden ya las zonas que para ellos se preveían en el plan energético.

Así, algunos promotores eólicos pretenden rebasar la muga «al norte de Pamplona». En concreto, Sacyr tiene intención de instalar 224 megavatios en los montes situados en el norte de Iruñerria; Nordex Acciona, un parque de 49 megavatios en Lesaka; y Green Capital Power tendría cinco proyectos en cartera, con un total de 415 megavatios, dos de los cuales también se encontrarían «a la altura de Pamplona», en las faldas de las sierras de Urbasa y Andia.

De huertos a latifundios

En cuanto a los grandes polígonos solares fotovoltaicos, comenta que «lo más destacable de los nuevos desarrollos, que en ningún momento estaban previstos en el actual Plan Energético de Navarra, es la gran superficie que ocupan».

«En comparación con las ‘huertas solares’ de principios del presente siglo, que como mucho llegaban a las 100 hectáreas, los actuales pretenden cubrir de placas solares extensiones de tierras de cultivo que rondan las 500 hectáreas cada proyecto», denuncia Sustrai, que los califica como «latifundios solares».

Los más importantes, informa, serían el que ocuparía la ladera sur de El Perdón (Erreniega) y los dos previstos en la ladera norte de la misma sierra. «Pero también se habla de otro gran proyecto en Peralta y otros más pequeños en diversas localidades, sobre todo en la Zona Media y la Ribera».

Por otro lado, en su informe, Sustrai señala que en Nafarroa «los combustibles fósiles siguen siendo la mayor parte de la energía que consumimos», ya que en 2019 supusieron el 80% del total de la energía primaria. Y la electricidad solo supone un 20% de todo el conjunto de la energía final consumida.

Para la fundación, esto indica que «una mayor producción renovable, que es mayoritariamente en forma de electricidad, difícilmente tendrá cabida en nuestro consumo si no se realizan otro tipo de cambios en los procesos industriales, en el transporte, y en otros aspectos de la vida». Al respecto, apunta que, «si en el pasado año exportamos un 30% de la electricidad que se produjo en Navarra, el desarrollo de estos proyectos renovables servirá tan solo para que su exportación aumente».

Por todo ello, propone «explorar otras vías», como «la utilización de esas energías de manera distribuida, en pequeñas instalaciones», algo que potencia la economía local, pero «supone que no sea posible abastecernos de la misma gran cantidad de energía que utilizamos ahora en las sociedades occidentales, o sea, continuar con el derroche».

Transición energética

En el informe se plantea una serie de propuestas de transformación, sobre todo de carácter social, que considera «la única vía para afrontar los retos ante los que nos encontramos». «Porque la verdadera transición energética no supone un mero cambio de tecnología –subraya–. La verdadera transición supone un cúmulo de cambios de carácter social que engloba cambiar los hábitos de las personas, modificar las formas en las que se ha organizado la sociedad y, sobre todo, la misma esencia de la propia economía actual, el consumismo».

Sustrai sostiene que no es posible continuar con «este modelo, el capitalismo, que necesita un aumento permanente del consumo y de utilización de materias primas y energía». «Creemos que en los países del mundo rico es necesario una reducción en el consumo de todo, es necesario el decrecimiento. Y que, por lo tanto, necesitaremos un nuevo sistema socioeconómico que sea compatible con este hecho y nos permita seguir teniendo una vida digna».