Fede de los Ríos
JOPUNTUA

Pútrido

Y aquí estamos, extasiados en el deleite, gozo o disfrute que procura el saber, gracias a próceres y tertulianos, que habitamos en “democracia plena”. Un oasis que dirían los fededunes de por aquí, no atreviéndose a denominarlo paraíso por temor a molestar a Jaungoikoa.

Empieza a no poder decirse nada acerca de los que detentan el poder, ni siquiera de sus esbirros eta morroiak. Si una organización informa a los jóvenes de muchos de los cometidos de la Policía en una sociedad dividida en clases, hay “sindicatos policiales” que quieren denunciarlo en los tribunales. “Sindicato policial”, qué perverso resulta el lenguaje posmoderno. Antes sindicato era la organización de trabajadores que defendían sus intereses de clase frente al amo o patrón; ahora, los que usan la fuerza (violencia legítima le dicen) en defensa del patrón crean organizaciones cuyo desempeño habitual es defender a sus compañeros de acusaciones de brutalidad y las llaman sindicatos. A las acusaciones, delito de odio

A los profanos se nos prohíbe, antes por costumbre y ahora por ley, hablar de lo sagrado. De que en la cúspide del ordenamiento jurídico del Estado español, un tipo inviolable por sagrado designio se lo ha estado llevando crudo durante años. Ejemplo de familia cristiana y olé. Artífice de la “democracia plena” un monarca elegido a medias por Dios y el Caudillo. ¿Hacienda? A por uvas en prolongada vendimia. La Fiscalía afinando acusaciones contra los desafectos de la periferia del imperio, como bien decía el que fuera ministro de Interior con ángel de la guarda.

Los jueces, en general, cumpliendo con su papel. Aplicando la ley (cristalización de los deseos del amo) con proporcionalidad, como es su deber. Si algún togado se desvía de la norma, la del pulpo.

¿La tortura? Como la locura, no tiene cura. A los jueces, no les consta. El benemérito cuerpo de la Guardia Civil siempre fue, ha sido y será, como su propio nombre indica, benemérito: que merece premio, agradecimiento o estimación por sus servicios.

Y el cuarto poder lamiendo pus.