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Aplazada la decisión sobre un impuesto global a las sociedades

Lanzada por el Tesoro de Estados Unidos, respaldada por el FMI y aplaudida por Estados como el francés y el alemán, la propuesta de crear un impuesto mínimo global a la renta empresarial va cobrando fuerza, aunque aún está lejos de materializarse. El nuevo plazo para lograr un consenso es para antes de mediados de este año.

Pocos días después de que la Administración de Joe Biden presentara un billonario plan de infraestructura financiado por un aumento de la tasa impositiva a las sociedades –rebajada por el expresidente Trump–, su secretaria del Tesoro, Janet Yellen, abogó por acoplar ese alza con un impuesto mínimo global para acabar con la «carrera a la baja» entre países para ver quién implementa el menor impuesto y con el uso de paraísos fiscales por parte de las empresas.

«Juntos podemos usar este impuesto mínimo global para asegurarnos de que la economía prospere sobre la base de una mayor igualdad de condiciones de tributación para las empresas multinacionales», manifestó Yellen. Su propuesta fue saludada por Jeff Bezos, fundador de Amazon. «Reconocemos que esta inversión requerirá concesiones de todas las partes, tanto en los detalles de lo que se incluye como en la forma de pagarlo (somos partidarios de una subida del tipo del impuesto de sociedades)», aseguró Bezos, que había recibido críticas de Biden por no pagar impuestos sobre las ganancias.

Estados europeos como el francés y el alemán respaldaron la iniciativa. «Un acuerdo global sobre fiscalidad internacional está ahora a nuestro alcance», declaró el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, pidiendo a los países «aprovechar esta oportunidad histórica».

El titular de Finanzas alemán, Olaf Scholz, definió la medida como «un gran paso adelante» en la batalla para detener la erosión de los ingresos del Gobierno. «El apoyo de Estados Unidos le da a esta iniciativa un fuerte viento de cola», dijo.

La Comisión Europea se pronunció en la misma línea, esperando una «solución mundial consensuada» para el verano.

El FMI sumó también su voz al señalar que «estamos muy a favor de un impuesto mínimo global a la renta empresarial». Al comienzo de las reuniones de primavera del Fondo y del Banco Mundial, la economista Gital Gopinath mostró la preocupación de los dos organismos por la alta evasión fiscal y de dinero transferido a paraísos fiscales.

La reforma internacional tendría dos componentes: la tasa impositiva mínima y el establecimiento de un sistema para modular los impuestos corporativos en función de las ganancias en cada país, independientemente de dónde tengan su sede las empresas, lo que probablemente afectaría más a los gigantes tecnológicos.

Y el primer mojón en ese camino esperaba ponerse en la reunión celebrada esta semana por el G20. Pero no hubo consenso. Al término del encuentro, celebrado de forma telemática, se hizo público el compromiso a encontrar «una solución global y de consenso» antes de mediados de 2021. La próxima cita del G20 de Finanzas está prevista en julio en Venecia.

Yellen insta a las grandes economías a aportar fondos «significativos»

La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, insta a las principales economías del mundo a aportar fondos «significativos» para garantizar «una recuperación robusta» de la economía tras los estragos causados por la pandemia del covid-19.

Pese a que las perspectivas han mejorado, «el trabajo aún no está terminado», indica Yellen en una declaración remitida al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial en la que considera central terminar con la crisis sanitaria.GARA