La expansión colonial israelí en Cisjordania aumentó casi un 30% durante el mandato del expresidente de EEUU, Donald Trump, quien propuso un plan de paz que validaba la anexión de asentamientos y de buena parte de Cisjordania, respaldando las posturas del sionismo más radical más allá de lo que habían hecho sus predecesores.

Durante su Presidencia (2017-2021), el promedio anual de nuevas viviendas construidas en colonias fue de 2.308, un 28% más alto que la media de 1.807 casas levantadas anualmente durante la época previa del demócrata Barack Obama (2009-2017), según un informe difundido de la ONG israelí Shalom Ajshav (Paz Ahora).

El saldo de viviendas levantadas en colonias en territorio cisjordano ocupado durante la era Trump fue de más de 9.000.

Solo en 2020, Israel avanzó planes para construir más de 12.150 casas en 55 colonias, la cifra más alta desde que Trump inició su mandato y la más elevada de los últimos años, según el estudio anual de la ONG, que investiga la expansión colonial en los territorios palestinos, ocupados desde 1967.

Durante sus cuatro años de mandato, Trump dejó de considerar que las colonias contravenían la ley internacional y dio otros pasos polémicos, como el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.

Este reforzamiento de la ocupación va acompañado de un aumento de la violencia contra la población palestina desde las colonias, según denunció un grupo de relatores de la ONU, que criticó el clima de impunidad en que se producen y que en 2020 se tradujo en unos 770 incidentes, con 131 personas heridas, y que acumula otros 210 más en el primer trimestre de 2021, en los que ya ha muerto un palestino víctima de esta violencia, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios

Según estos relatores, la violencia se debe principalmente a motivos ideológicos y tiene como objetivo no solo acaparar terrenos, sino también intimidar a los palestinos, que viven en un ambiente de coacciones que les impide acceder y cultivar la tierra. Además, los relatores expresaron su preocupación por las amenazas de desahucio que se ciernen sobre más de 70 familias en Jerusalén Este por las construcción de nuevas viviendas para colonos, a pesar de que se trata de «traslados de población estrictamente prohibidos bajo el Derecho Internacional».