El nombre de Mark Cavendish ha vuelto a copar los titulares del mundillo ciclista esta semana. El que fuera gran dominador de los esprint hasta hace unos años, con un palmarés envidiable que luce entre otras victorias 30 etapas del Tour, 15 del Giro, 3 de la Vuelta, un Mundial y medallas olímpicas y mundiales de todos los colores en la pista, vuelve a sonreír tras firmar un meritorio triplete en la Vuelta a Turquía que se disputa estos días en el país otomano.

Es cierto que la carrera turca no brilla especialmente por su gran participación, pero Cavendish se ha impuesto al esprint en tres etapas en las que su principal rival ha sido el flamenco Jasper Philipsen (Alpecin), reciente ganador de la clásica Scheldeprijs –con buena participación y el propio Cavendish tercero– o vencedor de una etapa en la Vuelta del año pasado, sin ir más lejos.

El corredor británico reconocía tras ganar la etapa del lunes, poniendo fin a una sequía de tres años sin levantar los brazos, que «la Vuelta a Turquía no es el Tour de Francia, pero vencer a Jasper Philipsen y André Greipel no es fácil». Un día más tarde, tras ganar el martes, añadía que «estoy recuperando la confianza». «Tampoco es que tenga la confianza de antes, pero voy con modestia, sin ningún tipo de arrogancia».

Jugada maestra

Habrá que ver hasta dónde llega el «renacido» Cavendish a sus 35 años, pero de lo que no cabe duda es que el veterano corredor ha acertado volviendo a Deceuninck y, una vez más, Patrick Lefevere ha dado en el clavo dando una oportunidad al que otrora fuera la principal estrella de su potente estructura.

Es más, tras una temporada nefasta en el Bahrain, Lefevere logró que fuera un patrocinador el que costeara la ficha de Cavendish en su equipo, por lo que la operación puede ser simplemente una jugada maestra –recuerda el caso de Philippe Gilbert, que llegó con 34 años al Quick Step y acabó ganando Flandes, Amstel y Roubaix–.

El día de su presentación, el director de la escuadra belga dijo que su principal motivación para fichar a Cavendish era evitar que un corredor de tal magnitud dejara el pelotón por la puerta de atrás. El corredor, por su parte, reconoció que ya no era el mismo de hace diez años, pero que tenía claro que seguía siendo «un buen ciclista» y que podía aportar cosas al equipo.

De momento, el tiempo parece dar la razón a ambos.

Thomas Pidcock gana la Flecha Brabanzona

El inglés Thomas Pidcock, una de las joyas del Ineos nacido en Leeds hace 21 años, se confirmó como estrella y realidad del ciclismo imponiéndose a lo grande ante el flamenco Wout Van Aert (Jumbo) y al italiano Matteo Trentin (UAE) en la Flecha Brabanzona. Pidcock dejó que lanzara el esprint el gran favorito, Van Aert, reaccionando con fuerza y adelantándolo como una exhalación, dejando plantado al campeón belga. Un remate que viene a confirmar que Pidcock se une a la generación de corredores que van a marcar el presente y el futuro del ciclismo. El ganador del Giro para jóvenes en 2020 y campeón mundial y europeo júnior y sub'23 de ciclocross, ya había avisado con un quinto puesto en la Strade Bianche y un tercero en la Kuurne-Bruselas. En la prueba femenina, el triunfo fue para la estadounidense Ruth Winder (Trek).

En la Vuelta a la Comunidad Valenciana, la primera etapa entre Elche y Ondara la ganó en solitario el australiano Miles Scotson (Groupama), tras escaparse a 22 kilómetros de meta. Es el primer líder de la prueba con una ventaja de 32 segundos.GARA