Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Chaos Walking»

Se merece el silencio como respuesta

Por desgracia hay películas que no merece la pena verlas, y menos aún comentarlas. Los desastres en la industria de Hollywood son cada vez más frecuentes, con “Chaos Walking” (2021) formando parte de ese grupo de fiascos millonarios, ya que es imposible que recupere en la taquilla mundial los 125 millones de dólares invertidos.

En teoría su estreno se retrasó por culpa de la pandemia, pero viendo los resultados no cabe sino sopechar que los motivos de fondo eran otros. La película tiene fallos, incluso de raccord, imperdonables en una gran producción. No se han cuidado los más mínimos detalles del guion y de la ambientación, sin que la lógica o la coherencia internas importen, con una desagradable senación general de dejadez. Por muy buena intención que tenga, el público adolescente al que va dirigido el producto a la media hora ya se ha cansado de intentar seguir en vano un relato inconexo y derivativo.

Hasta la crítica se pierde en su afán por entender lo que es a todas luces ininteligible, o por justificar la presencia como director de Doug Liman, salvando no sé qué escena que se supone lleva su impronta de creador visual. Personalmente, no soy capaz de reconocer por ningún lado al responsable de “El caso Bourne” (2002) o “Al final del mañana” (2014). Hay que admitir la realidad de un sistema de producción despersonalizado y hecho por algoritmos, dentro del cual falta una verdadera directriz humana, ya que por contrato Doug Liman no puede decidir sobre el montaje final, ni tampoco controlar cuánto afecta a la dirección interpretativa, como el diseño de las ridículas caracterizaciones que han de soportar Mads Mikkelsen y Demian Bichir, entre otros.

Me da la sensación de que el equipo técnico y artístico tiró la toalla al ver que el elemento principal del “ruido” de los hombres, en oposición al “silencio” de las mujeres, no funcionaba en la traducción audiovisual de su original literiaro.