Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Lazos»

Crónica de un matrimonio a la deriva

Ser señalado afín a un modelo cinematográfico determinado puede ser un arma de doble filo. Tal es el caso del director Daniele Luchetti, el cual ha sido descrito muchas veces como un alumno aventajado del maestro Ettore Scola.

“Lazos” puede simbolizar perfectamente ese lastre debido a que en este, su filme-río, el autor italiano da la sensación que ha querido ser más Scola que nunca y para ello se ha empleado a fondo en la larga tarea de explorar los cimientos en fase de derrumbe de un matrimonio de clase media italiana a lo largo de 40 años.

Formalmente, la película está bien narrada y filmada, pero sucumbe en un factor decisivo, contarnos una historia. Tomando como referencia un relato de Domenico Starnone, la película quiere ser un metódico estudio en torno a los engranajes que hacen mover eso llamado amor, pero todo es descrito mediante esbozos y sin profundizar excesivamente en la carga emocional que se intuye en los personajes. El deseo, la dependencia y demás elementos que dotan de sentido la mecánica de una relación son expuestos a partir de la peripecia vital de un hombre pagado de sí mismo, egoísta e infantil que abandera en todo momento un cáustico sentido de la autocompasión con la que pretende dar sentido a sus aventuras extramatrimoniales.

Entre las víctimas de esta conducta se encuentran su compañera sentimental y sus hijos, con los que mantiene una relación distante debido a que, simplemente, no sabe cómo amarlos. Como punto de partida, este retrato familiar podría haber derivado en algo más interesante de no ser por el constante empeño que el director de “La nostra vita” demuestra en subrayarde manera pomposa cada pasaje y frase. Entre lo más relevante del filme figuran las entregadas interpretaciones de un reparto que cuenta con Alba Rohrwacher, siempre ella, Luigi Lo Cascio, Laura Morante y Silvio Orlando.