GARA
NUEVA YORK

Los talibanes piden un asiento en la ONU y apremian a ser reconocidos

El régimen talibán apremia a la comunidad internacional a reconocerlo oficialmente, un mes después de su entrada en Kabul. Mientras ningún país lo ha hecho aún, ha llevado esta demanda a la ONU, con la petición para intervenir como voz de Afgani&bs;stán en la apertura del 76 periodo de sesiones de su Asamblea General.

La primera jornada de la Asamblea General de la ONU recibió el martes la petición de los talibanes para participar en nombre de Afganistán, a través de una carta de su ministro de Exteriores, Amir Jan Mutaqi, en otra nueva demanda del régimen rigorista para ser reconocidos en la escena internacional.

Naciones Unidas no ha decidido todavía sobre la cuestión, ya que el embajador del Gobierno afgano depuesto también participa en el foro y el martes estuvo presente en la sala.

La decisión está en manos de la Comisión de Acreditación, compuesta por Rusia, China, EEUU, Suecia, Sudáfrica, Sierra Leona, Chile, Bután y Bahamas, si bien se resuelve en última instancia en la Asamblea General, previo paso por el Consejo de Seguridad. Pero en este caso no se trata de la aceptación de un nuevo miembro, sino de la nueva representación de un socio. La propia ONU recoge en sus estatutos que el reconocimiento de un nuevo Gobierno compete exclusivamente a otros países y no a la organización en sí.

En su carta, Mutaqi recuerda que el Gobierno de Ashraf Ghani está derrocado y que ningún país lo reconoce ya como presidente de Afganistán. Por ello, pide ser escuchado en la Asamblea y designa a uno de los portavoces en las negociaciones de Doha, Suhail Shaheen, como embajador ante la ONU.

La mayoría de los gobiernos del mundo aún no han reconocido el Gobierno designado por los talibanes, al que demandan una serie de condiciones, pero de facto varios hablan ya con el nuevo poder. También varios representantes de la ONU han viajado a Kabul para tratar directamente con ellos sobre la ayuda humanitaria.

La premura de la solicitud hace prácticamente inviable que, en caso de ser autorizado, un talibán vaya a hablar en el principal foro de la organización, pero pone a la comunidad internacional de nuevo ante el dilema del estatus que quiere conceder al actual régimen afgano.

El portavoz del Gobierno talibán, Zabihulah Mujahid, defendió que «el Gobierno del pueblo afgano tiene derecho a ser reconocido. Cumplimos todos los estándares y requisitos de la comunidad internacional: tenemos el control total del territorio, mantenemos la paz, los servicios públicos funcionan».

Alemania ya ha rechazado su participación. «Un show de los talibanes no aportaría nada. La Asamblea General de Naciones Unidas no es el marco apropiado. Hay que hablar con los talibanes. Para eso hay múltiples canales abiertos en las últimas semanas», afirmó su ministro de Exteriores, Heiko Maas.

Macron y Biden tratan de recuperar la confianza rota

Seis días después del inicio de la crisis de los submarinos, Joe Biden y Emmanuel Macron anunciaron ayer «compromisos» para restaurar la confianza perdida entre París y Washington. El presidente estadounidense reconoció que «consultas abiertas entre aliados» habrían permitido evitar estas tensiones, aunque rehusó aclarar si pidió disculpas durante una entrevista telefónica de media hora con el presidente francés. Acordaron poner en marcha «un proceso de consultas en profundidad destinada a establecer las condiciones que garanticen la confianza», y reunirse a finales de octubre en Europa. El embajador francés en EEUU volverá a Washington después de que París lo retirara junto al de Australia, una decisión sin precedentes entre aliados. Respondía a la alianza militar para hacer frente a China que anuló un megacontrato para la venta de submarinos franceses a Canberra. Con un tono medido y consensuado que contrasta con el de días precedentes, un comunicado conjunto subrayó la «importancia estratégica del compromiso de Francia y la UE en la región Indo-Pacífico». La crisis ha impulsado el debate sobre la necesidad de una mayor soberanía de defensa en la UE. Pero Dinamarca salió en defensa de Washington y dijo no entender «en absoluto» las críticas a Biden. GARA