Iker BIZKARGUENAGA
BILBO
DIEZ AñOS DE AIETE Y LA DECISIÓN DE ETA

La Declaración del 18-O hace aflorar contradicciones en PSOE y Gobierno

Isabel Rodríguez comparte con Ione Belarra e Irene Montero un lugar en el Consejo de Gobierno, y con José Luis Rodríguez Zapatero una destacada posición en el seno del PSOE. Sin embargo, la valoración de la portavoz del Ejecutivo fue muy distinta a la realizada la víspera por las ministras de Unidas Podemos o ayer mismo por el expresidente.

Si la reacción inmediata a la Declaración del 18 de Octubre de la izquierda independentista estuvo caracterizada por la valoración casi unánimemente positiva que hicieron los partidos y agentes, con voces saludando el documento desde el seno del Gobierno español, lo más llamativo de ayer, y lo fue mucho, fueron las contradicciones que afloraron tanto en el seno del Ejecutivo como en el PSOE, donde hubo valoraciones distantes las unas de las otras.

En el seno del Gobierno, tras las elogiosas palabras de las ministras de Unidas Podemos Ione Belarra e Irene Montero, la portavoz, Isabel Rodríguez, reculó y recuperó un discurso muy trillado al afirmar que el «paso» dado el lunes en Aiete es «insuficiente», y demandó a la izquierda abertzale que pida «perdón» y pase de las «palabras a los hechos» condenando a ETA y no participando en “ongi etorris” a presos cuando quedan en libertad. «Esta es la posición del Gobierno, que valora a las víctimas, está siempre con las víctimas y celebra el fin de la violencia terrorista», apostilló.

Las palabras de Rodríguez mostraron tal discordancia con lo manifestado la víspera no solo por las ministras Belarra y Montero, sino también por varios dirigentes del PSOE, que le preguntaron si su posición era una enmienda a la expresada en la sede de Ferraz por el exlehendakari Patxi López, que actualmente es secretario de Memoria Democrática de su partido, cuestión que la portavoz del Gobierno rehusó contestar.

Zapatero, «gran trascendencia»

Precisamente, López, recordado por su ausencia no forzada en el acto de hace diez años, participó ayer en otro organizado en Gernika con motivo del décimo aniversario del cese de ETA, en el que intervino José Luis Rodríguez Zapatero, que era presidente español en aquellas fechas.

Y a diferencia de la portavoz del actual Gobierno, el exmandatario sí que destacó, en declaraciones posteriores al evento, la importancia de la Declaración del 18 de Octubre, a la que atribuyó «gran trascendencia».

Zapatero consideró que es «imprescindible» leer las dos páginas de la declaración de EH Bildu y de Sortu que, valoró, «hablan por sí solas». «Espero que sea un proceso, ahora que vemos el horizonte», señaló el expresidente español, quien destacó que siempre se ha expresado «a favor de la generosidad de la democracia» y mostró su intención de mantener ese principio. «Se dijo ayer que no debía haber sucedido; no debía haberse producido. A partir de ahí, sigamos construyendo la memoria, el reconocimiento a quienes sufrieron injustamente», expuso ante los medios de comunicación presentes en la villa, antes de añadir que en los próximos diez años es necesario ahondar «en una memoria justa, en la convivencia, en la afirmación de los mejores valores, porque la historia no se puede cambiar, pero el futuro sí».

A su entender, la sociedad vasca ha caminado «a un ritmo inteligente» hacia la memoria y el reconocimiento, y consideró «muy probable» que en los próximos diez años «ese ritmo se acelere en positivo».

Antes de hacer esas declaraciones, durante el acto en la Casa de Juntas de Gernika, Zapatero dijo intervenir «con una profunda carga de emoción», al recordar «los momentos más difíciles», y definió a Jesús Eguiguren, interlocutor habitual con la izquierda abertzale, como una persona que «demostró las cualidades de quienes acaban siendo héroes sin proponérselo».

«Somos una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria. Sin rencor, pero con sentido de la historia. Una democracia generosa. Diez años después, la paz se nos aparece como definitiva, como imbatible», apuntó.

En su discurso, el expresidente español aplaudió la trayectoria de un PSE que «siempre ha sabido estar en los acuerdos que permiten construir la Euskadi de progreso», y mencionó como ejemplo a Ramón Rubial –que fue presidente del Consejo General Vasco–, un «obrero represaliado que renunció a cualquier revancha por lo sufrido para construir un espacio común entre diferentes».

Jáuregui y la guerra sucia

Sin embargo, otra figura muy relevante de ese partido, sobre todo en los años 80 y 90 del siglo pasado y en los albores de este, Ramón Jáuregui, volvió a mostrar un perfil muy diferente al que dibujó Zapatero en Gernika. El que fuera delegado del Gobierno español en la CAV entre 1982 y 1987, rechazó que el Estado deba pedir perdón a las víctimas de la guerra sucia, ya que, según sostuvo, «no le corresponde esa responsabilidad».

En un espacio de Catalunya Ràdio dedicado al décimo aniversario de la Conferencia de Aiete, por el que también pasaron Iñigo Urkullu y Arnaldo Otegi, Jáuregui defendió las ilegalizaciones políticas de principios de siglo y, una vez más, rehusó condenar la actividad de los GAL durante la época en que él mismo era delegado del Gabinete de Felipe González. «Los actos fuera de la ley en el comienzo de la democracia española son consecuencia probablemente de momentos muy especiales, de una democracia muy débil y aislada, sin suficiente control sobre sus propias fuerzas», defendió el también exvicelehendakari de Lakua, quien afirmó que «los acontecimientos han sido suficientemente juzgados», aunque la realidad es que son muy pocos los juicios y condenas por este motivo.

Preguntado sobre un posible gesto del Estado con las víctimas de la guerra sucia, opinó que «es bastante inconveniente, porque equipara violencias que nunca deberían ser equiparables e implica un reconocimiento que el Estado como tal no debe hacer». «No le corresponde esa responsabilidad», concluyó.

 

Los ejecutivos de Lakua e Iruñea saludan la declaración pero reclaman más pasos

Los portavoces de los ejecutivos de Nafarroa, Javier Remírez, y de Lakua, Bingen Zupiria, y el lehendakari Iñigo Urkullu valoraron ayer la declaración realizada la víspera en Aiete por el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, en la que expresan su pesar por el sufrimiento padecido a las víctimas de ETA.

Remírez valoró positivamente la declaración, pero consideró que las palabras de Otegi y Rodríguez «todavía no son los pasos suficientes». «Hace falta hacer una reflexión ética más profunda e integral que deslegitime por completo la violencia», apuntó, e insistió en que es necesario reconocer que «aquello nunca tuvo que suceder, que nunca tuvo sentido y que no se puede utilizar en ningún momento de la historia la violencia para conseguir fines políticos».

Estas palabras van en línea con las de Urkullu, que volvió a insistir en que la declaración es «positiva», pero no supone «nada extraordinario» porque la izquierda independentista «no ha hecho autocrítica de su pasado».

Zupiria también hizo una valoración positiva con matices: «Echamos en falta una reflexión profunda sobre la actividad de ETA». «La comparecencia de ayer es un acontecimiento más de cuantos se han sucedido en nuestro país en los últimos diez años; y si miramos con perspectiva todo lo que ha sucedido durante estos diez años en nuestra comunidad, veremos que se ha avanzado de forma importante en la consecución de la paz, veremos que la violencia ha desaparecido, que la violencia terrorista de ETA ha tenido un final ordenado, y que como sociedad hemos recuperado unas condiciones de libertad y de convivencia que antes no habíamos tenido», añadió.Ion SALGADO

 

Arnaldo Otegi: «Creo que hemos construido un país un poco mejor, y el país está contento»

Un día después de la declaración enunciada en Aiete, Arnaldo Otegi profundizó en ella y valoró las reacciones producidas en una entrevista en Catalunya Ràdio. «Lo hemos hecho porque no somos como ellos», subrayó citando la negativa de otros sectores a admitir otras violencias, aunque dejando claro que no han tomado esta posición para buscar una contraprestación de ese tipo. «Creo que hemos construido un país un poco mejor y que el país está contento», resumió el coordinador general de EH Bildu, satisfecho por una acción que considera «valiente y honesta», pero en ningún caso «fácil».

«Estas cosas son difíciles, en nuestra casa no todos están de acuerdo con lo que hemos hecho –admitió–, piensan que nosotros damos mucho y que otros no dan nada. Y es verdad que tenemos esa impresión también. Pero esto se lo debíamos a gente como María Jáuregui, Rosa Lluch… gente que no está en política buscando réditos y que nos está interpelando con absoluta honradez. Y lo hacemos, sobre todo, porque nosotros no somos como ellos», recalcó frente a quienes no asumen sus violencias.

En este sentido, recordó episodios como la noticia sobre la relación del Ministerio de Interior con las cartas-bomba a HB, trayendo a colación que no ha generado reacciones a altos niveles institucionales. Se le planteó si ello supone que el Estado español no es suficientemente «maduro» para asumir la guerra sucia y Otegi respondió: «No es suficientemente maduro, de momento no. Pero no me gustaría que se interpretara 24 horas después que hemos hecho esto para que otros hagan otras cosas. Con todo, sí, ¡qué importante sería para la convivencia que Felipe González dijera ‘yo organicé los GAL’!. González, el PSOE, el PNV, que todo el mundo asumiera sus responsabilidades. Que dijeran que nadie en este país debió haber sido torturado, o desaparecido, o perseguido». «Cuando se mide milimétricamente cada cosa que hacemos, nosotros hemos sacado la lucha armada de la ecuación política vasca, hemos favorecido el desarme de ETA, ahora damos este paso… No lo hacemos para que otros hagan cosas, pero el resto ¿qué es lo que están haciendo?», se preguntó.

Mirando al futuro y a la cuestión política pendiente, Otegi aseguró que la historia corre a favor del derecho a decidir y apuntó que «acabaremos votando». «Lo importante es sumar voluntades», concluyó.Ramón SOLA