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tegucigalpa

Honduras vota entre la incertidumbre y la confrontación

Tras una campaña electoral marcada por los mensajes de odio, la polarizada Honduras acude hoy a las urnas entre el riesgo por la pandemia, la incertidumbre por la participación de 14 partidos y 12 candidatos presidenciales, y el temor de que ninguno de los dos principales aspirantes a la Jefatura del Estado acepte el resultado en caso de no salir elegido.

Las elecciones generales de hoy suponen para muchos hondureños, mientras no haya denuncias de fraude, poner fin a la crisis política que arrastra su país desde el golpe de Estado de 2009 al entonces presidente, Manuel Zelaya, por su giro hacia la izquierda, agudizada con la reelección de Juan Orlando Hernández en 2017.

Analistas coinciden en que si hay comicios limpios, Honduras comenzará a recuperar la estabilidad política y social, para hacer frente a los múltiples problemas que le afectan como la pobreza, el desempleo, la violencia, y el narcotráfico, la corrupción y la impunidad que tocan hasta las más altas esferas de poder.

No obstante, persiste el temor ciudadano a que un resultado apretado y el no reconocimiento de los resultados por parte de los favoritos genere enfrentamientos violentos. El temor no es gratuito ya que en 2017, una cuestionada interpretación de la Constitución –que no lo contempla– que permitió a Hernández presentarse –y lograr– su reelección desató choques y una represión policial que dejó una treintena de muertos.

La crisis por el golpe de Estado a Zelaya, el 28 de junio de 2009, se agudizó tras las elecciones de noviembre de 2017, cuando fue reelegido Hernández, según la oposición, mediante fraude.

Se han sucedido los llamamientos al cese de la confrontación e incitación al odio entre las principales fuerzas políticas que participan en la contienda y que han sido el eje de la campaña.

Dos favoritos

En los comicios participarán catorce partidos y doce candidatos a la Presidencia, de los que, según sondeos, los que tienen mayores posibilidades de ganar son el gobernante Partido Nacional, que lleva tres períodos consecutivos en el poder, y la alianza –solo para la fórmula presidencial– entre el Libertad y Refundación (Libre) con la Unión Nacional Opositora de Honduras (Unoh).

Esta alianza la encabeza Xiomara Castro, de Libre, quien por tercera vez busca ser presidenta, tras el derrocamiento de su esposo, Manuel Zelaya.

El candidato presidencial del derechista Partido Nacional es Nasry Asfura, alcalde de Tegucigalpa desde 2014 es investigado por malversas fondos públicos.

En tercer lugar quedaría Yani Rosenthal, del Partido Liberal, que pasó tres años preso en EEUU por lavar dinero del narcotráfico.

«Después de una docena de años de gobierno del Partido Nacional, marcados por la corrupción y la criminalidad generalizadas, la mayoría de los hondureños están descontentos con el estatus quo y parecen estar buscando un cambio», declaró a AFP Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano.

«Pero no se debe subestimar la maquinaria del Partido Nacional, y se puede esperar que intereses poderosos hagan lo que puedan para impedir que Castro tome las riendas del país», añadió.

Ya ocurrió en 2017. El día de los comicios, el sistema de recuento de votos falló más de 600 veces, en momentos en que el principal rival de Hernández, Salvador Nasralla, a quien Castro cedió en el último momento la candidatura presidencial por Libre, iba delante al 60% del escrutinio. Tras las irregularidades, Hernández ganó por un estrecho margen y hubo las protestas. Ahora, con una nueva alianza, Nasralla acompaña de nuevo a Castro.

Durante la campaña las principales fuerzas de oposición señalado que podría haber «fraude» y que Hernández intentaría prolongar su mandato, a lo que él ha respondido que el 27 de enero de 2022 entregará el poder a quien gane los comicios.

El Consejo Nacional Electoral ha pedido a los hondureños que salgan a votar temprano y masivamente para «fortalecer la democracia», a la que el país retornó en 1980 después de casi 20 años de regímenes militares.

Si Castro ganara por un pequeño margen, «el Partido Nacional alegará fraude y ... eso podría ser peligroso para la estabilidad del país», señaló Víctor Meza, director de la ONG Centro de Documentación de Honduras. Si Asfura vence, no importa por cuánto, «la oposición derrotada no lo aceptará ... y exigirá un recuento de votos por voto o nuevas elecciones», agregó. Meza cree que un triunfo de Castro por amplia diferencia tendría más opciones de ser aceptado.

Quien suceda a Hernández deberá luchar contra la pobreza que afecta a más de la mitad de los 10 millones de habitantes, y que obliga a muchos jóvenes a migrar de forma irregular a EEUU. Pero el principal desafío es «reconstruir el tejido institucional democrático», porque Honduras «es un Estado degradado, parcialmente cooptado por el crimen organizado», sostuvo Meza.

En estos comicio se elegirán un presidente o presidenta, tres vicepresidentes, 298 alcaldes, 128 diputados al Parlamento de Honduras y 20 al Centroamericano.