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TEHERÁN

Irán cifra ya en 35 las víctimas mortales en las protestas por el caso de Mahsa Amini

El Gobierno comenzó el miércoles a restringir Internet, con las redes móviles cortadas desde la tarde hasta por la mañana desde entonces, lo que dificulta que manifestantes, periodistas y activistas usen las redes sociales puedan compartir información.

Protestas en Irán para denunciar la muerte de Mahsa Amini.
Protestas en Irán para denunciar la muerte de Mahsa Amini. (Safin HAMED | AFP)

La televisión estatal iraní ha elevado a 35 los muertos en las protestas que sacuden el país desde hace nueve días por el caso de Mahsa Amin, que murió tras ser detenida por no llevar bien el velo, prenda obligatoria en el país persa. «Han muerto 35 personas, incluidos policías, en los disturbios», apuntó ayer la televisión estatal IRIB en sus informativos a última hora de anoche.

El último balance de detenciones se eleva a 739 personas (60 de ellas, mujeres). Según el Gobierno, se les han incautado armas y explosivos, por lo que muchos de ellos se enfrentarán a procesos penales extremadamente duros. Las protestas comenzaron el viernes 16 al conocerse la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal el velo y se han ido extendiendo por el país. En las últimas jornadas es más difícil seguir lo que está ocurriendo, dadas las restricciones que las autoridades están imponiendo sobre Internet.

El Gobierno comenzó el miércoles a restringir Internet, con las redes móviles cortadas desde la tarde hasta por la mañana desde entonces, lo que dificulta que manifestantes, periodistas y activistas usen las redes sociales puedan compartir fotos, vídeos e informaciones de acerca de qué está ocurriendo. A su vez, el Ejército iraní advirtió de que «está listo» para ayudar a la Policía a hacer frente a los manifestantes «para defender la seguridad nacional». Los militares calificaron las protestas como «acciones desesperadas de la diabólica estrategia del enemigo para debilitar el régimen islámico», siguiendo la versión gubernamental de que las manifestaciones están incitadas por el «enemigo extranjero» con la intervención de embajadas y servicios de inteligencia de otros países.

Por su parte, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, afirmó ayer que se debe «actuar de forma decisiva contra los que se oponen a la seguridad y tranquilidad del país» y pidió que se «separe la protesta y la perturbación del orden público». De regreso en Teherán tras pasar la última semana en Nueva York, donde participó en la Asamblea General de la ONU, el presidente inauguró ayer el comienzo del año académico en un colegio capitalino.

Detención de periodistas

Sin embargo, las principales universidades de Teherán suspendieron este sábado las clases presenciales y optaron por las enseñanzas online, una medida que se aplicará a largo de esta semana. Las autoridades educativas han justificado la medida por dos festivos de esta semana y la suspensión de las clases presenciales fue anunciada este viernes por la tarde en la mayoría de casos.

El cambio a las clases online, a pesar de las fuertes restricciones a internet, es una medida aparentemente destinada a evitar las protestas que se han sucedido en la última semana en las universidades capitalinas. La Universidad de Teherán vivió otra jornada de choques entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, de acuerdo con vídeos compartidos en redes por activistas y periodistas. A las llamadas de las autoridades a endurecer la represión de las protestas y el cierre de universidades se suma la detención de periodistas y activistas que informaban sobre el terreno de lo que ocurría. El Comité para la Protección de los Periodistas ha reportado la detención al menos de 17 informadores en Irán desde el inicio de las protestas.

Por otra parte, las autoridades judiciales iraníes negaron ayer que la ciudad de Oshnavieh haya caído en poder de los «alborotadores» que protestan. «La ciudad está completamente bajo el control de las fuerzas policiales y la situación es completamente normal», informó la agencia de noticias de Mizan, del poder judicial. Mizan también negó que los manifestantes hayan atacado la prisión de Oshnavieh, situada en el este iraní y fronteriza con Irak, y liberado a los presos