Pablo CABEZA BILBO

La contundencia y lo progresivo ganan las finales del Villa de Bilbao

En la noche del viernes pasado, la perforadora sueca Sanctrum se llevó el primer premio dentro de la sección metálical del Villa de Bilbao. Al día siguiente, entre tres propuestas muy diferentes, los gallegos Cró!, amantes de King Crimson y la improvisación, emergieron como la mejor banda del apartado pop-rock. Ambas finales fueron competitivas y contaron con lleno en la sala. En Nuevas Músicas, el primer puesto fue para Las Casicasiotones, de Asturies.

En la mayoría de ocasiones, el metal y el pop rock viven momentos de similar creatividad, pero el universo del pop-rock tiende a ser más creativo que el metálico, si acaso simplemente porque no construye demasiadas barreras estilísticas, lo mismo cabe un mellotrom, teclado electro-mecánico polifónico, de los setenta, que programaciones, violín, cello, un piano de cola, un saxo, tres guitarras, diez músicos o un solista.

La historia del metal es más rígida, salirse del patrón es asumir riesgos notables: que no te siga casi nadie, por lo que, al margen de su historia con sus estructuras, lo común es que se tienda a resolver el reto con caña, con o sin melodía.

La final del Villa de Bilbao por su costado metalero se resolvió siguiendo el esquema más tradicional y previsible: la caña como ejercicio expresivo en una nube similar para las tres bandas, mientras que en el lado pop-rock cada banda fue un universo sin concesiones. La traducción de todo esto no fue otra cosa que mayor brillo o ambición en pop-rock, frente a la contundencia y lo físico en metal, estilo que también cuenta con bandas innovadoras y grandes cantantes, en este aspecto, lo gutural poco aporta,s alvo sensaciones

El Villa de Bilbao continúa siendo un concurso internacinal. En pop-rock no hubo presencia europea (Unión Europea), pero en metal el jurado estimó que The Mercy House, de Gran Bretaña, y Sanctrum, de Suecia, contaban con suficientes valores como para invitarles a la fase de directos sobre las demás bandas locales y estatales no clasificadas.

Noche metálica

El viernes, las tres formaciones ofrecieron conciertos superiores a sus respectivas actuaciones en días pasados. A nosotros nos llamó la atención en especial 13 Left to Die, que bien podrían haber ganado el concurso si no fuese porque los suecos Sanctrum, de media de edad y experiencia mayor que la del quinteto de Gasteiz, tocaron a mazo, muy bien y con un sentido del directo del que aún carecen las bandas locales. Sanctrum mostraron técnica y, además, un enorme desparpajo escénico, además de composiciones más redondas, por lo que bien parecía que iban a ser los ganadores, que fue, finalmente, lo que sucedió. Segundos 13 Left to Die y Unbreath en el tercer puesto. El quinteto de Gasteiz recibió la noticia de su premio con gritos y euforia, satisfechos con lo alcanzado. Por contra, las caras de Unbreath reflejaban desilusión, misión no cumplida. No obstante, quedar seleccionados, pasar a la final y llenar la sala los dos días de su actuación, al margen del premio, es como para estar orgullosos. Hubo dos bandas superiores, pero el trabajo y la experiencia pueden cambiar el potencial de un grupo.

El sábado, con la competencia del partido del Athletic, fue el día de la final pop-rock. La tarde la inició El Bueno, el Feo y el Mena, menos público que en la final de metal (con la sala completa), pero equilibrado con las dos propuestas siguientes. El trío propuso media hora de pop iluminado por un David Byrne. Buenas canciones, pero desde que al guitarra y vocal se le rompió la correa de sujeción de su instrumento, inconveniente que se solucionó de inmediato con un préstamo, el grupo bajó el nivel vital de forma incomprensible. Quedaron terceros, pero tras saludar desde el escenario sus palabras fueron de sincero agradecimiento por la oportunidad que habían tenido y por llegar a la final. La impresión fue la de admitir sin paliativos la diferencia sobre las otras dos formaciones.

Favoritos desde el inicio

De alguna forma los pontevedreses Cró! partían como posibles favoritos para el primer premio tras su actuación anterior. Su ideario no es sencillo de asimilar: emular, hasta cierto punto, el complicado mundo de King Crimson. Pero su sonoridad setentera no fue ningún impedimento para que el público, ya con la sala llena, les otorgara los aplausos más fuertes de la tarde. Lo progresivo va ya por los cuarenta años de ejercicio, pero continúa vigente, ya que son numerosas las formaciones actuales que encuentran en ese mundo imaginativo y libre un océano de inspiración tanto para el rock como para el metal.

Las previsiones se cumplieron y estos músicos campechanos que vinieron con la misma ropa de la sesión anterior, se llevaron los 5.000 euros, el primer premio. También vendieron un buen número de cedés y vinilos. Largo viaje desde Pontevedra, pero fructuoso. Para estas horas, los Sanctrum, que aún andaban por el botxo y se habían acercado al Villa, ya habían escapado de la sala a toda velocidad, como su música. Por cierto, Sanctrum celebraron su premio a lo bestia: abrazos, cabezazos y gritos desde el infierno estomacal.

Los terceros en liza fueron Al Berkowitz, de Madrid. Eligieron un repertorio diferente a lo seleccionado para el 12 de setiembre. Desde nuestro punto de vista fue positivo y mostró a una banda con más capas de las escuchadas. El jurado no pareció verlo de igual forma y se quedaron en segundo lugar. Un premio que aceptaron con cierta resignación.

Dos buenas jornadas y la lástima de que en la sección pop-rock no se «colara» ninguna banda de Euskal Herria. Joseba B. Lenoir, The Dispositives, James Room o Educados podrían haber sido uno de los finalistas.

El premio a la Banda Joven Revelación se fue para Educados merecidamente, grupo con dos colombianos afincados en la ciudad y dos botxeritos.

De nuevo, un diez en organización. Lo habitual es que los músicos queden subyugados por el orden, la sala... y el trato.