El estallido de la crisis ha dado pie a la expansión de iniciativas económicas distintas a las que se rigen por la lógica capitalista. Cooperativas, bancas éticas, grupos de consumo responsable... demuestran que hay otra forma de entender la economía y de subordinarla a su finalidad, al trabajo humano para proveer las bases materiales de manera sostenible para el desarrollo personal y social. Puede decirse que la crisis ha sido una oportunidad para crecer y diversificarse, para plantear alternativas reales y soluciones creativas, para cuestionar el pensamiento dominante sobre los objetivos de la economía. Son semillas de las que puede brotar otra economía más justa.

El mercado y plaza del Ensanche de Bilbo acoge a partir de hoy la Primera Feria de Economía Solidaria. En la misma podrá percibirse la existencia de señales que confirman el avance de la economía solidaria. Y ese proceso se aceleraría más con un compromiso en lo concreto de las personas y entidades, a través de la forma de hacer economía cotidiana: consumos de todo tipo, desde energético agroecológico a comercio justo, financiero..., que son herramientas importantes y reales para el cambio económico y social.