Iñaki LEKUONA
Kazetaria
AZKEN PUNTUA

Campeón mundial

Tal día como el de ayer, hace siete años, el difunto Georges Frèche, entonces presidente socialista de la región de Languedoc Rousillon, declaró a propósito de la selección francesa de fútbol que «en este equipo, de once jugadores, hay nueve blacks. Lo normal sería que hubiera tres o cuatro. Eso sí que reflejaría la sociedad. Pero esto, si hay tantos, es porque los blancos son unos inútiles. Me avergüenzo de este país. Dentro de poco habrá once blacks».

El PS le dio puerta poco después, pero los argumentos de aquel demagogo, sustentados sobre los cimientos racistas del antiguo y para algunos añorado imperio colonial, siguen presentes ahora que los bleus acaban de regresar de Ucrania con la inquietante probabilidad de acudir al mundial de Brasil como simples turistas. No sienten los colores, aseguran los aficionados e incluso analistas deportivos de postín a pesar de que se les vio desgañitarse con la Marsellesa en el preludio del partido. Normal que no los sientan: si no son blacks, son beurs, o sea moros. Y así no hay quien haga ganador un equipo nacional... Y menos si su entrenador es vasco, por muy francés que se sienta.

Ay, si el bueno de Frèche viviera, seguro que rezaría por otra mano divina que les llevara al mundial, como aquella de Thierry Henry que les arrastró a Sudáfrica, bienaventurada y celestial aunque fuera black. Y no cabe duda de que algo similar debe de cavilar Hollande, que ni da pie con bola ni parece que lo vaya a dar y que incluso aparece como culpable de todo mal, incluido de éste, como de muchos más. Según los sondeos, ya es recordman absoluto de impopularidad. Todo un campeón mundial.