Ramón SOLA
SEMINARIO DE LAKUA

¿Dónde empiezan y acaban los derechos de las víctimas?

Mientras todo el eco mediático y político lo acaparan organizaciones como la AVT, otras víctimas de la violencia de ambos lados siguen trabajando juntas y en clave positiva. Ayer y hoy participan en un seminario de Lakua que analiza cuáles son sus derechos con la ayuda de varios expertos, además de recoger sus opiniones, en plural.

A puerta cerrada, víctimas de las dos partes comparten hoy sus experiencias y opiniones en Donostia. Lo hacen tras escuchar ayer, también en una sesión cerrada a la prensa, a seis profesores que abordaron la cuestión de sus derechos, analizando entre otras cosas dónde empiezan y hasta dónde llegan.

Los títulos de las ponencias ya dan pistas del sentido del seminario. Así, Felipe Gómez Isa, profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Deusto, abrió la jornada con una charla sobre ``Los derechos humanos como fundamento y horizonte de los derechos de las víctimas». Un enunciado significativo, porque tras la sentencia de Estrasburgo resulta notorio que hay víctimas de ETA que reclaman venganza más allá del límite de los derechos humanos.

Desde su cargo de responsable de Atención a las Víctimas de Lakua, Txema Urkijo prefiere considerar que «las víctimas están preocupadas, inquietas, enojadas». Y ello le resulta «paradójico», dado que el revuelo se produce «en un momento en que curiosamente estamos poniendo fin a la violencia».

Al tiempo que intenta poner en relación a víctimas de uno y otro lado, Lakua pretende también «darles un cauce» para que expresen su opinión. Urkijo apuntó que buscan «conocer de una manera fiable la opinión de las víctimas del terrorismo en un momento tan importante como este, para saber qué les preocupa, cuáles son sus anhelos, qué es lo que les duele y qué les gratifica».

Obviamente, todo ello ocurre en un contexto en que solo se escuchan ciertas voces muy crispadas, como las que hostigaron a los allegados de Antxon López Ruiz el pasado viernes en la cárcel de Puerto. Resulta ilustrativo que ese mismo día obtuvieran mucho menor eco unas declaraciones de Irene Villa, una de las víctimas de ETA más conocidas tras perder las piernas en un atentado en Madrid cuyas imágenes estremecieron a toda la sociedad. Preguntada por las excarcelaciones derivadas de la sentencia europea, Villa evitó criticarlas y señaló que «todo el mundo merece una segunda oportunidad».

A este seminario de Donostia han sido invitadas, por carta, todas las personas que aparecen en la base de datos de Lakua como «víctimas del terrorismo». Eso incluye a las que sufrieron acciones de ETA, los GAL y otras organizaciones, pero no a quienes han padecido violencia policial (torturas, por ejemplo), según confirmó Urkijo. Por dar algunos nombres, entre las decenas de asistentes ayer se hallaban Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jauregi; Amaia Guridi, de Santiago Oleaga; Rosa Rodero, de Joseba Goikoetxea; y Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala. Los tres primeros, víctimas de ETA; Zabala, de los GAL.

Reinserción, relato...

Algunos intervinientes ofrecieron un pequeño resumen a los medios. Por ejemplo, el profesor Xabier Etxebarria Zarrabeitia analizó el tema de ``La reinserción social de los victimarios desde la perspectiva de las víctimas''. Matizó antes que nada, dada la confusión creada estos días, que las excarcelaciones que se están produciendo «no son procesos de reinserción, simplemente son personas que han cumplido su condena y han salido». A partir de ahí, planteó la vía de la «justicia restaurativa» frente a la únicamente «punitiva», con el fin de que la reparación a las víctimas sea «más profunda y personal».

También restó importancia, a preguntas de los periodistas, a términos como el del arrepentimiento, convertidos en mantras por algunos agentes: «Tendríamos que profundizar qué es eso de arrepentirse». En su opinión, lo importante es que exista una reflexión de partida en la persona: «La cosa es empezar».

Xabier Etxeberria Mauleón presentó otra ponencia titulada ``Del conocimiento a la memoria''. La cuestión del relato, omnipresente en el debate político, entra ahí de lleno. Para este profesor, «inevitablemente al final habrá una pluralidad de relatos, y lo importante es que unos y otros lleguen a asumir lo que de verdad corresponde a las víctimas». Es decir, la verdad: «El derecho a la verdad es un derecho de las víctimas y no se acaba cuando acaba la violencia, sino cuando se materializa».

Alertó de que culminar este tránsito «es una tarea de años, evidentemente», y auguró que «estarán implicados muchos agentes: la política, la educación, los historiadores...».