Después de cuatro caídas consecutivas, el Ibex se ha colocado en mínimos de dos meses. Un día más, las ganas de tomar beneficios ante el cierre del ejercicio, unido al miedo a un cambio en la política de estímulos de Estados Unidos, parece que ha impuesto su ley en los mercados y nos enfrentamos a una época de vacas flacas, en la que predomina la cautela y la busca de rentabilidades anuales. Ayer, los datos de empleo en el sector privado de Estados Unidos martillearon por la tarde a unas bolsas desorientadas. Así, no sentó bien el fuerte aumento de las contrataciones privadas, según el informe ADP. En noviembre se crearon 215.000 empleos nuevos, frente a los 170.000 previstos. Además, los mercados esperan a la reunión del BCE, por si hubiera sorpresas no deseadas o, en el mejor de los casos, un afianzamiento de la política acomodaticia defendida por Mario Draghi. El Ibex volvía a recular y se dejó un 0,67%, hasta los 9.540,50 puntos. El signo en el resto de Europa no era diferente: Londres cedía un 0,34%, París, un 0,57%, y Fráncfort, un 0,90%. En el Ibex, los valores con mayores pérdidas fueron Sabadell (-2,48%), Indra (-1,97%) y Bankinter (-1,93%). Del grupo de los grandes, solo Inditex (+0,56%) terminó en positivo, mientras que Repsol (-1,90%) encajó la pérdida más abultada. En París, los bancos sintieron la multa de Bruselas por manipular las tasas interbancarias. Société Générale, uno de los sancionados, bajó un 1,04%. Por su parte, Crédit Agricole restó un 1,44%, y BNP Paribas, un 1,13%. Las acciones de Saint Gobain (-1,71%) y LVMH (-1,56%) registraron las mayores caídas.