IKUSMIRA
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Si el Gobierno de UPN fuera racional no seguiría con su obstinado despropósito en torno al TAV

El TAV en Nafarroa no tendrá más que 65 kilómetros entre Iruñea y Castejón, no tendrá ninguna conexión y se hará con un derroche desorbitado. Las obras que se están haciendo, según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, siguen adelante con la declaración de impacto ambiental caducada y, por tanto, no son legales. Por otra parte, ayer se hizo público que el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa ha dictado una nueva sentencia a un recurso interpuesto por la Fundación Sustrai Erakuntza declarando de forma manifiesta la inactividad de la Administración en la solicitud de información medioambiental y el incumplimiento de la legislación al respecto.

Albert Einstein definió la locura como «hacer la misma cosa una y otra vez y esperar resultados diferentes». Viene a cuento recordar esta definición a la luz del despropósito de ese proyecto y de la particular estupidez que demuestra UPN defendiéndolo una y otra vez, varapalo tras varapalo. Un proyecto, cuestionado desde múltiples argumentos y con toneladas de razones, que es una locura y un ejemplo de desolación surrealista. En Nafarroa también, obstinarse en su defensa roza la patología más irracional.