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Putin ayuda a Kiev con 15.000 millones de dólares y le rebaja el precio del gas

El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció ayer que Moscú comprará deuda del Estado de Ucrania por valor de 15.000 millones de dólares, una ayuda vital para un país en una profunda recesión y en plena crisis política por el rechazo a firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea. Putin subrayó que este apoyo es «sin condiciones» y añadió que rebajará un 30 % el precio del gas que vende a Ucrania.

«En vista de los problemas de la economía ucraniana, el Gobierno ruso ha decidido colocar parte de sus reservas en títulos del gobierno ucraniano, hasta los 15.000 millones de dólares», anunció el presidente ruso, Vladimir Putin, tras un encuentro con su homólogo ucraniano, Viktor Yanukovich, en Moscú.

El apoyo de Rusia llega en medio de la crisis con la Unión Europea, tras el rechazo de Kiev a firmar el acuerdo de asociación con Bruselas. Moscú quiere integrar a Kiev en su Unión Aduanera, y ha ofrecido esta ayuda a Ucrania, cuya economía se encuentra en una profunda recesión. «No hay ninguna condición, ni grande ni pequeña ni la congelación de los avances sociales, ni de las pensiones ni de los gastos», subrayó Putin, en referencia a las condiciones que plantea el FMI a Ucrania para otorgarle un préstamo. Este organismo además exige un aumento en el precio del gas.

Rebaja del 30 % en el gas

Precisamente, Putin también anunció una rebaja de más de un 30 % del precio del gas que Rusia exporta a Ucrania, que a partir del 1 de enero pagará 268,5 dólares por cada mil metros cúbicos.

Hasta ahora, Ucrania, que había exigido una revisión de un contrato que consideraba oneroso para su economía, pagaba más de 400 dólares por cada mil metros cúbicos del gas, cifra inasumible para sus endeudadas arcas. El contrato suscrito en 2009 le costó una condena de siete años de cárcel por abuso de poder a la ex primera ministra Yulia Timoshenko.

El presidente ruso aseguró que la cuestión del adhesión de Ucrania a la Unión Aduanera que lidera Moscú no había sido abordada en las negociaciones, aunque los dos países acordaron eliminar las limitaciones comerciales entre ambos antes de finales de 2014. Según Putin, el levantamiento de ciertas restricciones y aranceles a la importación permitirá aumentar el flujo de productos ucranianos en los tres países que integran ya la Unión Aduanera, Rusia, Bielorrusia y Kazajistán.

Yanukovich había demandado una «asociación estratégica» con Rusia que, a su juicio, será más probable que saque a Ucrania de la crisis que el acuerdo de asociación con la UE.

Su rechazo a firmarlo por estimar que las condiciones eran «humillantes», llevó a la oposición a manifestarse en la calle encendiendo una crisis política en el país. Ayer los líderes opositores acusaron a Yanukovich de haber vendido el país a Rusia por este acuerdo y de haber puesto como fianza activos estratégicos como la red nacional de gasoductos. También la Casa Blanca mostró su contrariedad por la firma del acuerdo entre Kiev y Moscú asegurando que «no resolverá las aspiraciones» de los manifestantes.

«No hemos ofrecido suficiente»

Pero desde Alemania, el nuevo ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, aportó algo de autocrítica y no tuvo más remedio que reconocer que la ayuda que la UE ha ofrecido a Ucrania para firmar el acuerdo de asociación ha sido insuficiente. En el discurso de su toma de posesión, Steinmeier pidió «reflexionar sobre lo que podemos hacer para levantar el bloqueo político de Kiev». «Estoy seguro de que hemos presentado una propuesta de ayuda financiera y económica alejada de lo que hace falta para salvar a Ucrania de la quiebra y asociarla económicamente y de forma duradera a Europa», añadió. «Debemos preguntarnos si no hemos subestimado hasta qué punto este país está débil y dividido; si no hemos visto que se ha visto superado cuando debía elegir entre Europa y Rusia; si no hemos subestimado la determinación de Rusia, que está estrechamente ligada a Ucrania por la economía, pero también de forma emocional por la historia», explicó.

La UE intenta construir su credibilidad política como actor clave

Los dirigentes europeos se reúnen mañana y el viernes en una cumbre que intenta avanzar frente a la crisis, pero atascados políticamente, como ilustra la situación en Ucrania, a menos de seis meses de las elecciones europeas. La cumbre de fin de año llega además una vez que, tras las elecciones alemanas, Berlín cuenta con una gran coalición en el gobierno que va a aumentar su influencia en el seno de la UE. Uno de los objetivos es alcanzar un acuerdo definitivo sobre la unión bancaria antes de las elecciones de mayo de 2014. Los Veintiocho intentan avanzar también en el aumento del control sobre las economías estatales con la intención de atajar posibles nuevas crisis.

«Tenemos que intentar construir un proyecto común para proponer al conjunto de los países europeos, con el objetivo de permitir a los europeos amar de nuevo a Europa», aseguró el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius. Pero la UE tenía una oportunidad de hacerse querer ante Ucrania. Sin embargo, no han ido más allá de repetir que «la puerta sigue abierta» a firmar el acuerdo de asociación, y no han encontrado los argumentos para convencer a Kiev, sometida a la vez a la presión y las ofertas de Rusia. Para Dmitri Trenin, del centro de análisis Carnegie Europe, la UE se encuentra en un momento clave si quiere convertirse en un «actor estratégico» ante otras potencias. «Es una cuestión de credibilidad».

Otro reto será la política de Defensa. A la vez, el Estado francés demandará que sus socios contribuyan a pagar la factura de sus intervenciones en África. GARA