A los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Donostia no les bastaba con que el alcalde, Juan Karlos Izagirre, hubiera convocado para el próximo 27 de diciembre un pleno extraordinario y monográfico para abordar la desanexión de Igeldo «de manera sosegada, tal y como merece esta cuestión». PSE, PP, y PNV querían discutir el asunto ayer, en el pleno ordinario que se debía celebrar a partir de las 13.00, introduciendo en el orden del día con carácter de urgencia para su votación una propuesta para que el Consistorio llevara ante los tribunales la decisión de la Diputación de Gipuzkoa de dar luz verde a la desanexión.

Después de que Izagirre insistiera en que no evitaría el debate, pero remarcando que el lugar y el momento apropiado para ello es la cita del día 27, los grupos de la oposición abandonaron sus asientos. Cumpliendo con lo anunciado un día antes, los concejales del PSE y PP se levantaron en bloque.

Los seis miembros del PNV permanecieron unos pocos minutos más, intentando convencer al Gobierno Municipal que rectificara, echando en cara al alcalde su «actitud antidemocrática». Los jeltzales abandonaron el salón por la misma puerta por la que entraron unos minutos antes.

El hecho de que únicamente quedaran en sus asientos habituales los ocho concejales de Bildu que conforman el Gobierno de Donostia, provocó la suspensión de la sesión por falta de quórum.

Aunque la decisión de desanexionar Igeldo de la capital guipuzcoana ha partido de la Diputación de Gipuzkoa, los dardos fueron lanzados ayer contra el primer edil, a pesar de que la víspera dejó claro que su Gobierno «defenderá los intereses de Donostia» y que luchará para modificar las partes del nuevo decreto foral que no comparten.

En lo que respecta a la sesión plenaria monográfica del próximo viernes, en el orden del día constan dos puntos. La intervención del concejal de Participación, Axier Jaka, y el de la oposición. Es ahí donde habrá oportunidad de debatir la opción de llevar a los tribunales la decisión de la Diputación.

Por su parte, el portavoz de PSE adelantó que su formación acudirá a la Fiscalía de Gipuzkoa para que investigue el nuevo decreto foral porque ven «indicios de prevaricación en el Gobierno de Garitano». «Hay dudas de ilegalidad manifiesta», sentenció Gasco.

Una sesión de 20 minutos

Si bien los plenos ordinarios habitualmente se prolongan durante más de doce horas, el de ayer duró exactamente veinte minutos. La cita no fue insólita solo porque quedó suspendida, también por la expectación generada a raíz de la polémica que los grupos de la oposición han alimentado estos últimos días, desde que el martes el gobierno foral de Martin Garitano anunciara la independencia del barrio donostiarra.

La mesa en la que trabajan los periodistas para cubrir los plenos mensualmente quedó pequeña mucho antes de que comenzara la sesión, y los medios gráficos rondaban la veintena. La asistencia de público también era mayor de la habitual. Ayer fueron muchos los vecinos de Igeldo y Donostia interesados en el desarrollo de la cita.

El alcalde arrancó el pleno con un llamamiento a la tranquilidad, porque «no queremos obstaculizar el debate a nadie», declaró, abogando por discutir los temas ya registrados en el orden del día.

Sobre la propuesta de urgencia presentada por la oposición anunció que esta «será llevada al Pleno Extraordinario del día 27. No hay motivo para incorporarlo hoy». Aludiendo, además, a un defecto de forma y a que no tuvieron constancia oficial de ella hasta media hora antes. Este extremo fue rechazado por el resto de partidos.

En cuanto el alcalde negó introducir el citado punto, los portavoces del PSE y PP, Ernesto Gasco y Ramón Gómez, respectivamente, levantaron la mano.

El primero en intervenir fue Gasco, defendiendo que la urgencia estaba «más que justificada» y que lo estaba solicitando la mayoría del Pleno municipal. «Es un derecho adquirido y también de transparencia», dijo.

El portavoz del PP consideró que la situación era «muy grave», y llegó a declarar que «el 17% de nuestro territorio [municipal] va a desaparecer». También emplazó a Izagirre a modificar el orden del día. «Le reto a ello -dijo. Espero que no tenga la jeta de no tratar este asunto», declaró.

El PNV también hizo un llamamiento para «mantener la calma», aunque minutos después, sin su presencia, propiciara la suspensión del pleno. Acusó al Gobierno municipal de no querer hablar «en dos años y medio» sobre Igeldo, extremó que el mismo alcalde desmintió porque, según recordó, el asunto se ha tratado en numerosos plenos ordinarios.

Sin ir más lejos, si la convocatoria de ayer se hubiera mantenido, se hubiera llevado a debate una proposición del PSE relativa «a la creación de una Comisión No Permanente con el objeto de analizar y estudiar las diversas opciones para la descentralización administrativa del barrio de Igeldo».

Los grupos insistían en que Bildu estaba evitando el debate, a lo que la coalición respondía, una y otra vez, que su postura era precisamente dedicarle una sesión específica. De nada servía el anuncio de que el punto urgente también será debatido.

Al comprobar que no convencía al primer edil, Eneko Goia, portavoz del PNV, se dirigió directamente al secretario municipal para que aclarara si Izagirre tiene la potestad de impedir que se votara la inclusión por urgencia de un punto en el orden del día de la sesión.

El secretario municipal no pudo contestar porque el alcalde impidió que se pronunciara. «El secretario hablará o no si se lo ordenó yo, y el secretario no hablará», sentenció Izagirre.

Las declaraciones del concejal de Participación Ciudadana, Axier Jaka, fueron casi premonitorias. Justo después de considerar todo aquello «una puesta en escena», los grupos de la oposición, primero PSE y PP, y luego PNV, recogían sus papeles y abandonaban de la sala.