Belén Martínez
ANALISTA SOCIAL
AZKEN PUNTUA

Lo que queda de 2013

Esbozar, en pocas líneas, el año que está a punto de terminar, no es tarea fácil. Más que extraer conclusiones, lo que propongo es compartir una reflexión acerca de cuestiones sobre las que medito a menudo.

¿Aro berria? Entre aspiración y vértigo, en 2013 se inauguraba un tiempo cargado de retos y esperanzas. Aumentó la expectación y el deseo de ver menguar las noches en las que la Vía Láctea apenas se proyecta entre las rejas. Con la sentencia que anuló la doctrina Parot se hizo Justicia.

¿Desmoronamiento de la utopía social? A pesar de que Eurovegas no era un proyecto para Euskal Herria y que este finalmente no verá la luz, nuestra economía es una economía de casino, al igual que la política. Y ambas se desploman cada día un poco más.

Los sofistas de las finanzas son tahúres de la política. Fulleros que defienden la privatización de lo público para hacer negocios redondos, convirtiendo los derechos en prestaciones por las que hay que pagar. Para los «salvabancas», hablar de cotizaciones sociales es una herejía; prefieren términos como «cargas sociales». Para ellos, el desmantelamiento del estado de bienestar es un acto de especulación que genera grandes beneficios. Se lamentaba Octavio Paz: «El mercado no tiene conciencia y tampoco misericordia». El «sálvese quien pueda» del darwinismo social no es la solución a la sobreexplotación y la miseria.

La indignación no puede ser selectiva, ni las guerras legitimadas. Siguiendo la invitación de Aminata Traoré, nombremos la violencia del sistema capitalista, exploremos los remedios que mejor nos convienen y volvamos a levantarnos. La lucha por la vida continúa.