GARA MADRID
PROCESOS POLÍTICOS

Declaraciones incomunicadas, eje de la acusación final a los jóvenes

Pese a que el tribunal ya avanzó que carecen de valor y la propia Fiscalía dijo ayer que «es obvio que no son medio de prueba», gran parte de la acusación contra los militantes independentistas juzgados en la Audiencia Nacional se basa en las declaraciones autoinculpatorias realizadas bajo el régimen de incomunicación. La actividad pública de estos jóvenes vascos y los efectos requisados en locales y bajeras completan el informe presentado ayer por el fiscal.

El macrojuicio contra 36 jóvenes independentistas llega a su recta final con la presentación de los informes finales de las acusaciones y las defensas. Un proceso que se ha caracterizado, en gran parte, por la denuncia de las torturas sufridas por la práctica totalidad de los acusados, a las que el propio tribunal ha dado cierta credibilidad al eximir a los jóvenes de la obligación de permanecer en la sala mientras declaraban los policías que los detuvieron.

«Es obvio que las declaraciones policiales no son medio de prueba», avanzó ayer el propio fiscal, Luis Barroso, al iniciar la presentación de su informe acusatorio. Una «obviedad» que no se correspondió con su alocución posterior, ya que el fiscal de la Audiencia Nacional basó gran parte de su argumentario contra los jóvenes procesados precisamente en las declaraciones realizadas durante el periodo de incomunicación.

La matización de Barroso se debe quizás a que este tribunal ya le recordó durante el juicio que las declaraciones policiales carecen de valor probatorio, y a que esta misma Sala ha mostrado la misma actitud en sentencias como la de los jóvenes de Oarsoaldea, en enero de 2012, o en el caso de varios navarros en junio de ese mismo año.

Aun y todo, al mismo tiempo, y alegando que «no ha habido ninguna investigación eficaz en torno a estas denuncias» (es decir, no hay condenas), el fiscal trató de restar credibilidad a las denuncias de torturas y utilizó las autoinculpaciones de los procesados y las inculpaciones a terceros como medios de prueba. Cabe recordar que la mayoría de los procesados negó la declaración y denunció torturas primero ante el juez instructor, Fernando Grande-Marlaska, y después en el juicio oral.

El fiscal dibujó un marco en el que la tortura dejaba de ser un hecho denunciable en sí mismo para presentarlo como mero elemento de defensa. Así, en los casos en los que no hubo autoinculpaciones -por ejemplo en el de Mikel Totorika, que no realizó declaración alguna en la incomunicación-, Barroso dijo que carecía de sentido denunciar la tortura. En cambio, en los casos que sí hubo autoinculpaciones, el fiscal se escudó en la ausencia de «investigación eficaz» sobre la denuncia.

Protocolo de Estambul

Durante la fase pericial del proceso, varias expertas sicólogas han presentado diez informes en base al Protocolo de Estambul homologado por la ONU. En él se detalla que una persona que ha sido sometida a malos tratos queda indefensa incluso horas después de salir del periodo de incomunicación. Con ello la defensa trata de quitar valor probatorio a la ratificación de las declaraciones autoinculpatorias ante el juez instructor.

El fiscal otorgó veracidad al protocolo cuando se refería a él en términos generales, pero lo obvió al centrarse en referencias concretas. Es el caso de Xabier De la Maza, quien ratificó en su día su autoinculpación ante Grande-Marlaska a consecuencia de las torturas sufridas durante la incomunicación, según explicó. Barroso llegó a decir que «si usted mismo afirma ser militante de Segi, no seré yo quien le contradiga».

En algunos de los casos la Fiscalía no ha podido utilizar las declaraciones en incomunicación para inculpar a los procesados. El fiscal hizo referencia a ello al tratar los casos de los detenidos en Ipar Euskal Herria. «La incidencia de este caso ha imposibilitado la existencia de declaración policial», dijo Barroso en alusión a la ausencia de incomunicación al ser detenidos por la Policía francesa, por lo que no realizaron declaración policial ni judicial. Nadie los forzó a ello, al contrario que a los detenidos al sur del Bidasoa.

Tras basar la mayor parte de su exposición oral en las declaraciones incomunicadas, y aunque resulte contradictorio, Barroso repitió la idea de que «no son medios de prueba». Así, afirmó que «habrá que basarse en los efectos» incautados durante los registros. La Policía y la Guardia Civil registraron durante la llamada «Operación Garbi» de 2009, además de los domicilios de los detenidos, todo tipo de locales y bares a los que tenían acceso. El informe de conclusiones de la Fiscalía no muestra ningún elemento que pueda ayudar a ratificar que, en efecto, lo incautado allí pertenezca a los procesados.

«Desdoblados de Segi»

La segunda gran línea argumental de la Fiscalía es la actividad pública llevada a cabo por los procesados. La desgranó la acusación al referirse a Ainara Bakedano. Le acusó, junto a Gaizka Likona y Ion Telleria, de ser «dinamizadora pública de la actividad de `gazte independentistak'», una organización que, según la Fiscalía, llevaba a cabo las dinámicas que «tradicionalmente» habían realizado Jarrai, Haika y Segi (citó, entre otras, el Gazte Topagunea).

Barroso esgrimió la teoría del desdoblamiento, según la cual, Segi introducía a sus militantes en diferentes organizaciones políticas para «instrumentalizarlas». Acusó a Jon Ziriza de ser un infiltrado de Segi en la asamblea juvenil de Barañain o al donostiarra Mikel Eskiroz de ocupar la misma tarea en Ikasle Abertzaleak (todo apunta a que durante la sesión de hoy repetirá argumentos en el caso de otra decena de organizaciones juveniles o sociales).

Con Asier Coloma fue más allá, ya que acusa a este joven donostiarra de ser un militante de Ekin desdoblado en Segi. En este caso, Luis Barroso compuso una frase rocambolesca en la que hablaba de «desdoblados de Segi que cumplían tareas bajo órdenes de Ekin» y afirmó que Coloma «realizaba tareas de comisario» en la dirección de Segi.

«Liberados» en bares y diccionario propio

La Fiscalía ha dado muestras, durante todo el proceso judicial, de conocer muy poco el tejido asociativo y la realidad de Euskal Heria. La presentación del informe final lo corroboró en su máxima expresión. Como detalles significativos, Barroso llegó a acusar a Xumai Matxain de estar desdoblado en la «Herriotakoa Joxepane» de Zaldibia. Se refería en realidad a un bar de la localidad.

Los nombres de las localidades vascas también han sido adulterados durante el proceso. Ayer el representante del Ministerio Público habló de Villanueva en vez de Villabona y de Lérida en vez de Leioa, y también aludió a «Lekeito». Anteriormente, durante otras sesiones del juicio, ya se refirió como Valdibia a Zaldibia y confundió Sestao con Zestoa.

Asimismo, el fiscal acusó a Haritz López de estar desdoblado en una organización denominada «Osabi asambizco», tratando de referirse probablemetne al local juvenil Otxabi y a la asamblea juvenil Sanblaspiko de Tolosa. Entre otras «perlas», acusó a Maialen Eldua de montar «toznas» en Egia, de militar en «Iskale Abertzaleak» a Mikel Eskiroz, y a Ion Telleria, de dirigir «Gaztesezarea Kulpa Elkartea». Errores y desprecios que son constantes en estos macroprocesos políticos.

Multas e imputaciones contra la solidaridad hacia Goñi y Sagardoi

Herri Harresia de Iruñerria denunció ayer que las movilizaciones y comparecencias para mostrar solidaridad con Luis Goñi y Xabier Sagardoi, y que desembocaron en el muro popular de Nabarreria del 13 de octubre, se han saldado con diversas multas por valor de 6.300 euros y con cuatro personas imputadas por la Audiencia Nacional española por «enaltecimiento del terrorismo».

Estas cuatro personas han sido citadas a declarar el próximo lunes a las 10.00 en la Audiencia de Iruñea. Se ha convocado una concentración a las puertas de las dependencias judiciales de 9.00 a 10.30 para mostrarles apoyo.

Según destacaron ayer en Iruñea Maritxu Bolinaga, en representación de Eleak, e Izaskun Arraiza, una de las cuatro imputadas, «lo único que consiguen es hacernos más fuertes, puesto que la solidaridad es imparable y no conoce límites». «Ningún encausado va estar solo en esta lucha. Lo repetimos. Ninguno. Ninguna», insistieron.

De las cuatro personas citadas por la Audiencia Nacional por la acusación de «enaltecimiento del terrorismo», dos lo han sido por leer el comunicado en la rueda de prensa convocada para denunciar que la Guardia Civil irrumpió en una vivienda de Barañain en busca de Goñi y Sagardoi. Las otras dos han sido denunciadas por portar fotografías de los dos huidos en esa misma comparecencia.

Por lo que se refiere a las multas, cinco personas han sido sancionadas con 300 euros por participar en la rueda de prensa que tuvo lugar en la plaza del Castillo de Iruñea en julio de 2013 y en la que se anunció que Herri Harresia iba a organizar un acto en contra de los juicios políticos en Amaiur.

La rueda de prensa en la que se denunció el registro por parte de la Guardia Civil de una vivienda en Barañain se saldó además de con las cuatro citaciones por «enaltecimiento del terrorismo» con otras cinco personas multadas con 600 euros por participar en la misma.

Junto a ello, existe una multa de 300 euros por «concentración ilegal» por estar presente en una comparecencia para denunciar que el Tribunal Supremo español había confirmado la pena de prisión para Sagardoi y Goñi, y se les añaden otras cinco de 300 euros cada una por «manifestación ilegal» al participar en Barañain en una movilización contra esa sentencia.

«En total, son multas por valor de 6.300 euros que pretenden condicionar el compromiso para con las personas imputadas para futuras ocasiones. Pero no lo lograrán. Por mucho que nos toquen el bolsillo en tiempos de crisis, nuestra determinación y compromiso es mayor», destacaron.

El Tribunal Supremo ratificó en julio de 2013 una sentencia de la Audiencia Nacional de 2012 en la que Sagardoi y Goñi fueron condenados a seis años por su militancia política, al tiempo que absolvía a Maider Caminos, Aritz Azkona y Mikel Jiménez.

Tanto antes de conocerse esta sentencia como en los meses previos en Iruñerria se sucedieron numerosas movilizaciones contra la persecución a jóvenes vascos por su trabajo político y el riesgo que tenían de volver a prisión. Sagardoi y Goñi optaron por esconderse. El primero de ellos fue detenido en Sorlada el 30 de setiembre y Goñi en la fuente de la calle Nabarreria de Iruñea en la madrugada del 14 de octubre, tras ser arropado durante horas por cientos de personas. Martxelo DÍAZ