Entrevue
Koldo Soret y Ursula Strong
Niña Coyote eta chico tornado

«Nos interesa mucho más el sonido natural de los setenta que el megatratado de ahora»

Tras la disolución de Zuloak por cumplirse el ciclo estimado, las componentes del grupo retomaron o afianzaron sus proyectos personales. Koldo Soret, guitarra y colaborador, y Ursula Strong, batería materializaron Niña Coyote eta Chico Tornado. Dúo con disco homónimo y directos de fuego.

Desde los primeros acordes del disco debut de Niña Coyote eta Chico Tornado fijan el sonido en una propuesta inesperada: el sonido stoner (el que tanto le debe a Black Sabbath), posible en un músico tan curtido como Koldo Soret, quien ha crecido en un entorno donde el rock ha tomado muchas formas (Euripean Sua, Surfin Kaos, Utikan, Mugatik o Chico Boom, aunque no son las únicas). En el caso de Ursula Strong, un bonito alias para Usua de la Fuente, ha golpeado los parches en el inicio de Las Culebras, pero donde se ha forjado como batería ha sido girando con Zuloak.

De la experiencia rockera de Soret y de sus derivadas musicales puede surgir la idea de que el camino para darse a conocer es el clásico: primero darse a conocer a conocer mediante conciertos casi piratas; después (o al revés) se se graban unas cuantas canciones en el local de ensayo y se suben a una de las habituales plataformas en Internet para que las redes sociales comiencen a tejer la trama. Como además es un dúo fotogénico y al que le gusta cuidar la imagen, inundan, de nuevo, las redes con curiosase impactantes imágenes... Con todo esto perfilado, llega el tiempo de buscar una discográfica.

Pero no, las cosas no fueron así. Niña Coyote eta Chico Tornado se ampara en la noche, atraviesa el desierto, lucha contra coyotes y serpientes hasta llegar, no sin rasguños y girones de ropa, a la plataforma de crowdfunding Verkami, uno de los lugares donde el atrevido puede ser recompensado si sugiere lo suficiente.

Allí el dúo expone su proyecto aún desnudo, crudo: «Empezó sin mayor intención -cuentan en la web de Verkami para animar a la peña-, pero en unos pocos meses teníamos una colección de temas, algunos con voz, cantados en euskara, y otros instrumentales, potentes, con un sonido especial, profundo y pesado. Queremos compartirlo, con un disco, primero, y lanzarnos a la carretera, después, para que, todo aquel que quiera, pueda disfrutar de este proyecto».

Colocan un video casero con plano fijo, a media luz y con los dos dando caña setentera. Un simple esbozo de lo que los «comprometidos» iban a encontrar al final del proyecto. En la habitación donde se graba el clivideoclip se intuye un viejo póster de Jimi Hendrix.

La apuesta monetaria alcanza los 4.000 euros y finaliza el 1 de julio de 2013. La cifra es superior a la media en trabajos de debut, pero Coyote y Tornado quieren grabar en condiciones y diseñar con gusto y apuestan. Eligen los estudios Higain, bajo los atentos oídos de Haritz Harreguy. La parte gráfica se cede a error-desing.com y Galder Izagirre (Dut... Berri Txarrak) les plasma unas fantásticas fotografías, como es habitual bajo su click.

El caso es que la pareja alcanza los 4.265 euros. Y el 11 de octubre de 2013 tiene en la calle su disco debut a pesar de comenzar todo el proceso al revés de lo habitual. El clip sobre la canción «Lainoa» se felicita (aunque no sea esa su intencionalidad) con una colección de fuegos artificiales que sirven para dejar al dúo en forma de silueta fantasmal, con Strong poseída por el mismo Luzbel, Leviatán y Belcebú (padre, hijo y espíritu santo).

No era fácil, pero consiguen el objetivo porque hicieron las cosas muy bien. Y ahí está su contundente cedé y su precioso vinilo color rosa. Y, además, un buen trayecto de actuaciones en directo, como la que ofrecerán este sábado en Kafe Antzokia de Bilbo junto a Cápsula y Belushi (22.00 horas).

La historia del dúo, sin saberlo aún, y con muchas otras cosas por suceder, se inician en California hace unos cuantos años.

Koldo Soret: Sí, fue en 2006. Pasamos los tres meses más increíbles de nuestras vidas en San Francisco. Fuimos a aprender inglés, a ver conciertos y a salirnos del tiesto un poco. Desde entonces solo pensábamos en volver. La oportunidad (tiempo y dinero a la vez) se presentó en 2011 y la intención esta vez era reencontrarnos con lo que dejamos... Pero la ciudad había cambiado y nosotros también, encontramos otras cosas igualmente interesantes.

Chica Tornado también referencia a ese momento.

Ursula Strong: La vez anterior hicimos contacto con músicos, con los que tenemos amigos comunes y allí es más frecuente que aquí quedar para «jamear» con gente que no conoces mucho. Para ellos éramos algo exótico (jajaja) y nos aceptaron enseguida. El primer día que fuimos a uno de esos locales Koldo empezó a tener mono de tocar porque llevábamos bastante tiempo viajando. En la primera media hora ya había tocado todos los instrumentos. Así que le cayó el sobrenombre de Chico Tornado.

Su alias fue más romántico...

U.S.: Unos días antes de la historia anterior estuvimos un par de noches en una furgoneta en pleno Joshua Tree. Después de pasar por Nueva York, Los Ángeles y San Francisco la saturación urbana que llevábamos era importante. Llegar al desierto fue una pasada. Nos subimos a una roca con unas vistas increíbles y yo no quería bajar de allí. Ahí nació la Niña Coyote. Además, esa noche un coyote nos visitó mientras hacíamos la cena.

¿Ursula Strong tiene una historia tan fílmica como Zuloak?

U.S.: Ursula Strong viene de cuando empezamos a inventarnos nombres artísticos haciendo el tonto cuando la idea de Las Culebras empezaba a tomar forma. Ursula me llamaban para vacilarme y Strong era lo que había escrito en el parche de mi primer bombo. Hay que soltar menos tornillos para cambiarse de apellido que para cambiar el parche del bombo. En esta época vivía en Bilbao con una de ellas.

Usted comenzó muy pronto a tocar la guitarra, ¿hubo antecedentes?

K.S.: Desde muy pequeño me atraía mucho la música y los instrumentos, algo natural. Con siete años empecé a estudiar solfeo, txistu y acordeón. Me metía con todo lo que había a mi alcance (sin saberlo ya era el chico tornado, jajaja). Tengo un hermano mayor al que le gustaba el punk y el rock y gracias a él con diez años ya escuchaba a BAP!, los Cica, Kortatu, RIP, AC/DC, Ramones... Cuando escuchaba todo aquello se me movía algo por dentro, pero no sabía aún qué significaba. Un gran día mi hermano apareció en casa con un bajo y un ampli que le había comprado a un colega. Desde ese día todos mis ratos libres los pasaba sacando discos a oído, uno detrás del otro. Y ya no he parado de tocar.

Los dos son donostiarras, se conocen desde hace años y , en un momento dado, comienzan a improvisar en el local de ensayo, donde se va tramando una posible historia.

U.S.: Sí, nos conocemos desde hace tiempo. Pero hasta que no comencé a preparar Zuloak no empezamos a ir seguido al local y ver qué dábamos de sí. Tras un par de meses tocando juntos, un día nos grabamos en vídeo, nos gustó mucho lo que vimos y decidimos mejorarlo.

¿Dónde se ensayaban esas improvisaciones base para las actuales canciones?

K.S.: En el local de ensayo de Surfin Kaos. Empezamos en marzo del 2012 y utilizábamos el material de Surfin Kaos. Desde el primer momento la improvisación ha estado presenteen los ensayos, pero según se han ido perfilando las estructuras, la mayoría de aquellos esbozos se han convertido en una especie de canción. Solo que siempre son diferentes. Ocurre igual en los directos: cuando no hay más temas, tocamos lo que sale, siempre diferente.

¿Y ahora dónde se ubican?

K.S.: En el mismo local que Surfin Kaos, en el kultur etxe de Egia y en casa. Hemos ensayado muchísimo para el disco y seguimos haciéndolo porque nos gusta y nos parece algo necesario para estar en forma. Ensayamos mínimo 2 o 3 veces por semana o incluso más.

Escucha de todo, pero el sonido del debut es muy heavy (como se definía en los setenta), pesado, muy hard rock oscuro. Stoner según definición posterior.

K.S.: Nos encanta el heavy o hard rock de los setenta. Nos interesa mucho más el sonido natural de esa época que el sonido súper producido y megatratado que se ha desarrollado posteriormente. Hemos graba- do el disco con una batería del 71 y una guitarra del 62. Pero también nos gusta la música cañera de los 90, y creo que en el disco también se aprecia.

Toca con un octavador, lo que le permite, no sin técnica, tener dos mástiles virtuales con diferente sonido.

K.S.: El octavador no hace milagros. No es solo conectarlo y te crea una línea de bajo. Me obliga a tocar de una manera y forma que mirándolo desde un punto de vista positivo nos obliga a ser diferentes. Esta fórmula me ha hecho darle muchas vueltas a pedales, amplis y pruebas hasta dar con el sonido que quería. No tendríamos ni los mismos riffs, ni el mismo sonido y el grupo sería otra cosa muy diferente. El octavador es la clave para que el bajo y la guitarra hagan exactamente lo mismo, a la vez. Algo bastante difícil (imposible improvisando, por ejemplo) de conseguir con dos personas o un bajo programado. Por otra parte. nos es muy fácil funcionar siendo solo dos, pero nos encanta colaborar y relacionarnos con mas gente.