El Gobierno Azkuna ha iniciado la tramitación para el desarrollo de una de las últimas grandes operaciones urbanísticas que restan en Bilbo. Se trata de la regeneración de Punta Zorrotza, una superficie de 300.000 metros cuadrados a orillas del Kadagua e Ibaizabal que durante décadas ha estado ocupado por industrias contaminantes y muelles portuarios.

Punta Zorrotza sigue la estela de actuaciones ya en marcha en la capital vizcaina, como la del área de Basurto-San Mamés, Zorrotzaurre y Bolueta. Tan solo queda por definir la importante operación que se perfila en torno a la estación de Abando, con la llegada del TAV y el cubrimiento de la playa de vías que divide físicamente el área de San Francisco-Zabala y Hurtado Amezaga.

Según las estimaciones efectuadas por el Consistorio bilbaino, el coste de la intervención superaría los 176 millones de euros, que se pretenden obtener a través de la edificación de 2.100 viviendas. Con las plusvalías resultantes, se afrontarían las cargas de urbanización, con un importante desembolso en la construcción de infraestructuras y en indemnizar a las empresas de fertilizantes y de tratamiento de residuos que deberán abandonar la zona. Todo apunta a que se trasladarán al área industrial del puerto, en Zierbena.

Las nuevas empresas que se asienten en lo que Ibon Areso, concejal de Urbanismo, definió como «suelo estratégico» serán actividades industriales «modernas y limpias». El parque empresarial se emplazaría, según los primeros esbozos, en la orilla del Kadagua mientras las factorías, algunas de las cuales precisan de muelles en las cercanías, se ubicarían en la ribera del Ibaizabal.

Areso negó que pudiera haber algún tipo de competencia entre su proyecto y el que desarrolla el Ayuntamiento de Barakaldo. «El de Burtzeña es un parque empresarial más grande y, en todo caso, serán complementarios, no competidores», apostilló a preguntas de GARA.

El teniente alcalde explicó que «en este momento, la prioridad que tiene el Ayuntamiento es la economía y la generación de empleo», de ahí que hayan apostado por establecer en Punta Zorrotza ese polo industrial, que resulte atractivo para compañías que buscan suelo industrial en el Botxo. Por ejemplo, alguna de las empresas que van a abandonar Zorrotzaurre podrían encontrar sitio aquí.

Los responsables municipales son conscientes de que no era posible sacar adelante la operación destinando todo el suelo a actividades económicas y, por ello, dedicará el 65% -212.572 metros cuadrados- a uso residencial complementado con otros 20.486 en locales comerciales en los edificios de viviendas; 65.809 serán para implantar industrias y 28.204 metros cuadrados a oficinas.

Unos 40 millones de euros -apuntó el director de Urbanismo, Mikel Ocio- costará el soterramiento de la línea de Renfe, una vieja reivindicación de los vecinos de Zorrotza. Además, se construirán tres puentes: uno que conectará con Zorrotzaurre; y otros dos, uno rodado y un segundo peatonal y ciclable, que comunicará con el barrio baracaldés de Burtzeña.

Entre las alternativas de desarrollo que se aventuran, dijo Ocio, está que, en una primera fase, como sucedió en Zorrotzaurre con la clínica de IMQ, se vayan ejecutando proyectos de urbanización para que algunas de las viviendas e industrias se vayan asentado en el lugar.