Oihane LARRETXEA DONOSTIA
NUEVO TEMPORAL POR OLEAJE

La costa vasca vigila de cerca la mar y duplica las medidas preventivas

Con las medidas de prevención duplicadas tras los destrozos que el mar provocó hace apenas un mes en la costa vasca, la pleamar de ayer por la tarde, prevenida con una alerta roja, no dejó grandes desperfectos. En Bermeo las olas lograron mover tres bloques de hormigón colocados de manera provisional y el agua entró hasta las lonjas de los pescadores. El máximo aviso se prolongará hasta las 9.00 de hoy, reduciéndose a naranja hasta las 21.00.

La alerta roja por fuerte oleaje, con olas que se preveía pudieran alcanzar hasta los diez metros de altura, se prolongará hasta las 9.00 de hoy. Activada ayer a las 16.00, la adversa situación meteorológica puso manos a la obra a los habitantes de las localidades de la costa vasca, sobre todo a aquellas que sufrieron graves daños en un temporal similar ocurrido hace poco más de un mes, en la madrugada del 1 al 2 de febrero. Aquella noche una mar enfurecida anegó y destrozó cómo hasta entonces nadie recordaba.

En Donostia, por ejemplo, todas las medidas preventivas eran pocas para evitar más daños. Los comercios y portales de la Parte Vieja, sobre todo los más cercanos a la mar, como el Paseo de Salamanca, las calles Aldamar y San Vicente, así como 31 de Agosto y San Juan, blindaban sus puertas y ventanas con tablas de madera, ayudados con espuma de poliuretano expandido para tapar cualquier pequeño resquicio por el que pudiera colarse el agua salada.

Lo hacían con rapidez, casi de manera mecánica. Escarmentados y todavía renqueantes de los desperfectos que sufrieron aquel sábado de caldereros.

Las calles, sobre las 16.30, estaban desiertas: ni alma por ningún lugar. Al fuerte viento se le sumaron intensas lluvias que hacían de la ciudad, sobre todo del casco histórico, un lugar intransitable. Las alcantarillas, de hecho, no daban abasto; eran incapaces de tragar toda la lluvia que caía. El perímetro para evitar el paso de vehículos y peatones también era más extenso que el establecido el mes pasado. Todas las vías que conectaban con el Paseo Salamanca estaban cortadas, al igual que la Plaza Zuloaga y las citadas antes. Solo los vecinos tenían permitido el acceso.

Para entonces el puente del Kursaal estaba cerrado por completo y rodeado de dotaciones de la Guardia Municipal y Bomberos. Personal de seguridad también vigilaba las esquinas estratégicas, aquellas más expuestas al viento y oleaje.

El alcalde de la ciudad, Juan Karlos Izagirre, hizo una llamada a la ciudadanía para que sean atendidas las recomendaciones. Pidió «responsabilidad» a los donostiarras para que eviten acercarse a las zonas más expuestas mientras esté activada la alerta, es decir, hasta las 9.00.

En Zarautz las olas volvieron a sumergir el malecón, donde los bares y resto de negocios, al igual que en la capital donostiarra, habían protegido los cristales con tablas de madera perfectamente encajadas. Este paseo marítimo permanecerá cerrado hasta mañana por la mañana.

La carretera N-634 entre esta localidad guipuzcoana y Zumaia asimismo estará cerrada al tráfico rodado hasta hoy como medida preventiva.

También en Bermeo las olas entraron con fuerza, más si cabe al tener el dique seriamente dañado. A media tarde de ayer, al menos habían sido derribados tres de los bloques de gran tonelaje que fueron colocados hace unas semanas para minimizar más daños. No obstante, la mar había vuelto a alcanzar las lonjas de los pescadores. En declaraciones a Efe, el teniente alcalde de Bermeo, Josu Unanue, reconocía que «el mar tiene su fuerza, pide su espacio y nosotros sólo podemos esperar y, en la medida de lo posible, seguir solventando el problema que tenemos, porque esto va para largo».

Sobre las 19.50, una vez que remitió la intensidad de las olas, los servicios técnicos de Lakua introdujeron las máquinas para recolocar en su posición anterior los tres bloques movidos por el agua, de forma que sus aristas vuelvan a estar de cara al mar.

A esta alarma roja se unieron ayer los avisos amarillos por viento en zonas expuestas, con rachas que superaron los 100 kilómetros por hora. Por ejemplo, en la isla de Santa Clara, en Donostia, Euskalmet midió vientos de hasta 118 km/h. El aviso amarillo también alertaba la llegada de la nieve en el interior, aunque se preveía que se pudiera acumular a partir de los mil metros de altitud.

En Ipar Euskal Herria la alerta naranja por olas estará activada hasta las 10.00 de hoy. La jornada de ayer destacó por el cierre en Hendaia, Donibane Lohizune, Angelu y Biarritz de las zonas más próximas al mar.

En esta ultima localidad volvieron a construir el muro de arena como medida de seguridad, al igual que en el pasado temporal, y en Baiona el puerto permaneció cerrado.

Al igual que en localidades guipuzcoanas y vizcainas, desde la prefectura pidieron que se atendieran los avisos ante la posibilidad de que llegara el agua del mar hasta las calles. Las autoridades alertaron, asimismo, de la debilidad de la costa tras los desperfectos del 1 de febrero.

Los baños en la playa quedaron totalmente prohibidos, al igual que los paseos en las zonas marítimas.

Pese al aviso amarillo por lluvias, los ríos aguantan sin desbordarse

Hasta las 12.00 de hoy Gipuzkoa permanecerá bajo la alerta amarilla por precipitaciones persistentes. Las estimaciones realizadas ayer, especialmente en el este de este territorio, hablaban de más de 60 litros por metro cuadrado en apenas 24 horas.

Los vecinos de la zona de Txomin, Martutene, Astigarraga y Hernani miraban con preocupación la situación del Urumea y su cauce. La presa del Añarbe anunció ayer que ante este último temporal permanecerá cerrada, por lo que no aportará caudal al citado río, salvo el obligado caudal ecológico.

El Ayuntamiento activó por precaución el plan contra las inundaciones, aunque el río no llegó a desbordarse, pese a la altura de la marea y las intensas precipitaciones caídas ayer por la tarde.

Sobre las 19.00 si se desbordó la Ría de Bilbao en Deustuibarra, aunque poco después volvió de nuevo a su cauce.

En Nafarroa, el Gobierno alertó de la situación del Ebro a su paso por Castejón, en nivel rojo de alerta por riesgo de inundaciones después de que a las 17.15 registrara una altura de 5,30 metros. A su vez, el nivel naranja de prealerta se activó en el Ega a su paso por Andosilla. También destacaba la fuerza del río Arga en Funes.

En cuanto a Ipar Euskal Herria se desbordó el río Errobi a su paso por Baiona, según informó Kazeta.info. GARA