Martxelo DÍAZ
MEMORIA DE SANFERMINES

Peñas de Iruñea, una historia en auzolan

«Peñas de Pamplona. Una historia viva». El título del libro editado por la Federación de Peñas de Iruñea quiere reflejar que son parte de la historia de la ciudad, pero en ningún caso algo del pasado, sino que siguen impulsando el tejido asociativo de la ciudad.

El libro que han editado las peñas sobre su historia es una de esas obras que requieren mucho trabajo. No en vano son más de 570 páginas que recogen la labor de estas agrupaciones nacidas en Iruñea a comienzos del siglo XX y que siguen estando vivas. El trabajo que ha sido necesario es de ese que no tiene precio, del que se realiza voluntariamente porque se tiene que hacer. «Hemos hecho el libro mediante auzolan. Comenzamos con el proyecto en 2010 y le hemos ido quitando horas a la familia y al ocio. Esta forma de trabajar, el auzolan, refleja muy bien qué son las peñas y la forma de funcionar que tienen», explicó Carlos Erice, uno de los impulsores de la obra y miembro de la peña Anaitasuna.

El libro que se presentará mañana a las 19.3o en la Plaza de Toros es igualmente una de esas obras necesarias para guardar la memoria de una ciudad pero que son imposibles de realizar sin el trabajo desinteresado de numerosas personas. Una prueba de ello es que han tenido acceso a más de 10.000 fotografías, según destacó Carlos García Zabalza, responsable de esta labor. Para ello tuvieron que acudir a casas particulares para escudriñar en el archivo de fotógrafos como José Luis Nobel, fallecido en 2011, y de muchos otros. También han peinado los archivos de diarios o reporteros gráficos de diarios actuales como GARA o «Diario de Navarra» u otros que ya han desaparecido como «Egin» o «El Pensamiento Navarro».

Una de las tareas más ingratas, según reconoció García Zabalza, fue descartar imágenes para hacer una preselección, y luego otra, y luego otra, hasta quedarse con las 425 fotografías que recoge el libro.

Es evidente que todas las fotografías no cabían, pero algunas de las que se han quedado fuera se proyectarán en una pantalla gigante durante los actos que las peñas han organizado mañana en la Plaza de Toros, que se prolongarán durante todo el fin de semana.

También podrá verse una selección de pancartas que las peñas tienen como costumbre enarbolar durante sanfermines. Esta es otra de las grandes aportaciones que se realizan en este libro, ya que se han recogido más de 800 pancartas que han salido a las calles de Iruñea a lo largo de más de cien años. La recopilación de estas pancartas también ha sido un trabajo arduo. Según explicó Erice, desde la década de 1970 las peñas suelen sacar reproducciones de sus pancartas en unas tarjetas que muchos vecinos de Iruñea tienen guardadas. Antes de eso, hay poca cosa sistematizada. Poco más que el libro que editó la extinta Caja Municipal de Pamplona en 1981 sobre las pancartas de Pedro Martín Balda. Encontrar información de otros autores en fechas anteriores ha requerido mucha dedicación.

Las 800 pancartas forman uno de los bloques principales del libro. Otro de ellos, en el que ha colaborado el historiador Roldán Jimeno, recoge el origen de las peñas, desde que eran cuadrillas de mozos que se reunían de una manera más o menos estable a comienzos del siglo XX hasta que adquieren personalidad propia. En otro bloque, cada una de las peñas ha redactado su propia historia, mostrando su himno, explicando su emblema, compartiendo su archivo de imágenes...

Otro de los bloques en los que se divide el libro explica cómo se han coordinado las peñas entre sí, desde la Comisión hasta la actual Federación, y recoge además otros aspectos como la presencia en el cine, su estancia en el tendido de sol (su hábitat natural) de la Plaza de Toros o los cánticos surgidos de gargantas anónimas que han marcado muchos sanfermines.

La relación de las madrinas de las peñas, una figura ya desaparecida, es otra de las aportaciones del libro. «Es algo que no se conocía hasta el momento», destacó Erice. Enrique Huarte, otro de los impulsores del libro, explicó que en la década de los 70 se solía nombrar a una mujer madrina de la peña. Solía ser novia, hermana o esposa de algún socio. El honor del nombramiento solía estar acompañado del «privilegio» de poder acudir a los toros. Evidentemente, las madrinas son cosa del pasado y la mujer participa actualmente en las peñas de manera igualitaria. Irrintzi fue la última que, en 1992, eliminó el veto a las mujeres para ser peñeras.

El mantenimiento de las esencias del encierro ha sido otra de las preocupaciones históricas de las peñas. Erice explicó que en el libro viene una anécdota que muestra que la preocupación por la evolución de la carrera no es nueva. En 1977, el grupo de danzas de Muthiko Alaiak acudió como invitado al programa de TVE «Un, dos, tres». Su director, Chicho Ibáñez Serrador, quiso hacer una parodia del encierro, a lo que los de Iruñea se negaron en redondo. Erice recordó que los llamamientos a los medios para que no distorsionen la carrera siguen vigentes en 2014, ya que las peñas han presentado una propuesta en este sentido en la Mesa del Encierro.

Erice recordó también que las peñas fueron las que en la década de los 60 sacaron la fiesta a la calle. Entonces, la costumbre era celebrar bailes en clubs privados o piscinas, a los que se impedía el acceso a quienes vestían de blanco. El Ayuntamiento autorizó en 1965, por fin, que las peñas organizasen bailes en la calle.

Endika Lacuey, presidente de la Federación de Peñas, destacó que elementos de San Fermín que parece que siempre han estado ahí se deben a la intervención de las peñas: la indumentaria blanca fue una aportación de la extinta peña La Veleta, la hornacina del santo fue un regalo de las peñas a la ciudad... «Como una imagen del santo en plato que ahora está en Alcaldía, por cierto», añade.