Martxelo Díaz
Periodista
TXOKOTIK

Un ejemplo del doble rasero

En la prisión de Zuera, a 25 kilómetros de Zaragoza, se acaba de ver cuál es el doble rasero que aplica el Estado español en las cárceles. El mismo día en el que se conoce que Miguel José de la Peña, uno de los condenados por la muerte de Ángel Berrueta, saldrá en libertad condicional, falleció Isabel Aparicio, presa comunista del PCE(r), víctima de la desasistencia sanitaria.

Los allegados de Berrueta han repetido hasta la saciedad, y volverán a hacerlo esta tarde, que existen dos tipos de víctimas. A unas se les brindan todo tipo de reconocimientos; para las otras todo es silencio y desprecio institucional.

También se ha demostrado, una vez más, que hay dos clases de presos. No diremos que diez años de cárcel es una minucia, pero hay presos que viven en condiciones muchísimos peores que las que ha tenido Miguel José de la Peña. Isabel Aparicio es un ejemplo. Fue encarcelada por segunda vez en 2007 tras ser detenida mientras elaboraba un número de «Resistencia», órgano de propaganda del PCE(r). El juicio que sufrió en la Audiencia Nacional española no tuvo nada que ver con el que se celebró en la Audiencia de Iruñea, con un fiscal calificando de «riña de vecinos» una muerte por motivación política. Aparicio padeció un juicio basado en la teoría del «todo es Grapo», similar a la del «todo es ETA», destinada a criminalizar cualquier actividad política disidente. Resultado: once años y once meses de prisión por actividad política.

Siguiente capítulo: dispersión penitenciaria (Soto del Real, Brieva, Topas y Zuera). Siguiente capítulo: desasistencia sanitaria. Flebitis; artrosis en pies, columnas y rodillas; sinusitis aguda crónica; osteoporisis agravada por la extirpación de los ovarios; hernia de disco... Todas estas enfermedades fueron agravadas por la desasistencia, ya que en ningún momento fue derivada a ningún hospital ni recibió el tratamiento adecuado. Es el caso de Isabel Aparicio, pero no es muy distinto al de su compañero Manuel Arango, o al de Enrique Cuadra, Paco Cela, María José Baños, o Manuel Pérez. Están, como los presos vascos, en el lado estrecho del embudo.