Tres responsables de otras tantas empresas y los dos redactores del Plan de Seguridad de una obra en la que murió un trabajador hace ocho años en Zestoa han sido condenados a pagar una multa de 600 euros y a abonar otros 55.000 a la hija del fallecido, como responsables de una falta contra las personas con resultado de muerte por imprudencia leve.

Los hechos ocurrieron el 11 abril de 2006, cuando el operario fallecido participó en la construcción de una planta de fundición del polígono Sansinenea, en Zestoa, «sin conocer el tipo de trabajo que iba a desarrollar ni la maquinaria que se empleaba». El accidente mortal se produjo cuando el fallecido, a los mandos de un máquina denominada «manipuladora telescópica», cogió una tubería y, al descargarla, «no extendió los pistones estabilizadores delanteros». Esta circunstancia hizo que la máquina volcara. El trabajador «trató de salir de la cabina y saltar del vehículo, pero no tuvo tiempo y quedó atrapado contra el suelo por el marco de la cabina, lo que provocó su muerte». La sentencia concluye que el accidente fue consecuencia de la falta de previsión en el plan de seguridad elaborado y aceptado por los acusado.

Tres heridos en Eibar

Dos trabajadores resultaron heridos ayer al ceder la barandilla del balcón de un primer piso, mientras trabajaban en las obras de la fachada de un inmueble de Eibar. La barandilla desprendida golpeó a un tercer trabajador que se encontraba a pie de calle y que fue trasladado a una mutua para ser atendido.

Los hechos se produjeron a las 12.55 horas, cuando los operarios trabajaban en un inmueble situado en la calle Makaskua de Eibar.