J.V.
Mundial de Brasil 2014 | Perfila: Dennis Bergkamp

El holandés que no voló

A principios de 1997 le pidió al entonces seleccionador neerlandés, Guus Hiddink, que le permitiera no acudir a los partidos clasificatorios del Mundial que se celebrarían en Turquía y San Marino. Hiddink aceptó. ¿El motivo? Tenía pánico absoluto a volar. Para asistir a las citas fuera de casa del Arsenal viajaba en su propio coche, en tren o en autobús. Esta circunstancia le hizo ganarse el apodo de The non-flying Dutchman (El holandés que no vuela). Era Dennis Nicolaas Maria Bergkamp, a quien su padre llamó así en recuerdo del inglés Dennis Law, el chaval que tuvo la fortuna de que su mentor fuera alguien como Johan Cruyff y le subiera el primer equipo del Ajax con solo 17 años. La revista alemana ``Kicker'' pronto lo bautizaría como `El matador imberbe'. «Aún no estoy preparado para vivir solo en una ciudad extranjera», respondió Bergkamp -que contaba ya 21 años- al interés del Real Madrid. Sí accedió a las pretensiones del Inter, pero su inadaptación le llevó a Londres, donde triunfó en el Arsenal. Allí se convirtió en leyenda gunner. Y tulipán. «Si Bergkamp juega bien, la selección holandesa también. Si Bergkamp juega mejor, entonces la Oranje brilla», escribió el diario alemán ``Süddeutsche Zeitung''. Su debut tras la Copa Mundial de la de 1994 marcó años gloriosos con su selección, a pesar de no alzar títulos. En la memoria colectiva permanece imborrable el gol de la victoria de cuartos de final del Mundial de 1998 contra Argentina, que sin duda es uno de los mejores tantos de la historia del torneo. «Bergkamp fue el mejor compañero que tuve jamás», dijo de él Thierry Henry. Y uno de los mejores y más elegantes jugadores de la década de los noventa. Y eso que no volaba.