Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Habemus nuevo catecismo

Los señores obispos han elaborado un nuevo catecismo dirigido a niños y niñas entre 10 y 14 años. Su presentación en sociedad a través de una rueda de prensa ha estado a cargo del nuevo portavoz de la Conferencia Episcopal Española, el sacerdote del Opus Dei José María Gil Tamayo. Todo un licenciado en «Ciencias de la Religión» (sic) por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, además de pertenecer a los consejos de administración de la cadena COPE y de Popular TV, dos medios que se dedican día tras día a llevar paz, sosiego y el perdón cristiano a los hogares de los españoles a través de las ondas.

En la página 58 del nuevo catecismo titulado «Testigos del Señor», los obispos definen la identidad sexual como un don de Dios, «ser hombre, ser mujer... no se elije, es un don que se recibe. La diferencia sexual indica que el hombre y la mujer están hechos el uno para el otro» porque «la ideología de género no rige para la Iglesia Católica». «Varón y hembra los creó» (Gén. 2, 24), ya se sabe. Así pues, si naciste con colgajo la sola visión de otro colgajo cercano ha de producir en ti un abanico de sentimientos que van desde el desagrado hasta el violento rechazo de macho alfa; y la contemplación de un pubis con hendidura desatará en ti ansia de cópula con fines reproductivos. Y si viniste al mundo con vagina, anhelarás un falo que, a modo de hisopo, riegue tu interior de semillitas para engendrar nuevos seres para el cielo, mientras limpias el hogar como si te fuera la vida en ello. En el orden natural de las cosas que es el orden de Dios no existe dicotomía alguna entre naturaleza y cultura. Lo que hay y debe haber es lo que Dios quiere. ¿Y quién sabe lo que quiere Dios? Los señores obispos que son los intérpretes de la palabra de Dios ante simples mortales. Así que hombres y mujeres están llamados a amarse procreando, a no ser que se trate de obispos, más proclives al amor infantil (paternofilial, entiéndaseme bien).

Los que se entusiasman con sujetos del mismo sexo están fuera del orden natural y, por lo tanto, no pueden ser «Testigos del Señor». Por eso es bueno que lo sepan desde la más tierna infancia a través del catecismo: ¿Eres un invertido o una invertida que has rechazado el don de la identidad sexual que Dios con su magnificencia te ha regalado? Entonces te hallas fuera del pueblo elegido por el Señor. Una víctima más de la «ideología de género» que invade los cuerpos haciéndolos homosexuales. No ha pasado mucho desde que el portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), después de criticar el informe de la Iglesia elaborado por la ONU sobre los casos de pederastia y su posición en el aborto y homosexualidad, advertiera de la aparición de una «inquisición laica» con unos dogmas «ideológicos» establecidos al amparo de Naciones Unidas como «universales para todo el mundo».

Pero si hasta Joan Rosell, todo un presidente de la patronal, ha denunciado que más de un millón de amas y amos de casa se han apuntado al paro más para cobrar ayudas. ¿Amos de casa? La ideología de género resulta terriblemente antinatural.