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El PNV confirma que si gobierna en Gipuzkoa construirá la incineradora

«El fantasma de la incineradora está ahí porque creo que aún la persiguen». Los temores que la presidenta de GHK, Ainhoa Intxaurrandieta, expuso el pasado martes en una entrevista con este periódico se han visto rápidamente confirmados. Markel Olano anunció ayer que en caso de que el PNV vuelva a gobernar en las instituciones guipuzcoanas retomará el proyecto y construirá una infraestructura controvertida y que suscita un importante rechazo social.

PNV
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El PNV parece dispuesto a mantener la gestión de los residuos en el centro del debate político guipuzcoano, también en campaña, a tenor de la comparecencia ofrecida ayer por Markel Olano y otros miembros de su plancha electoral, que estuvo centrada exclusivamente en este tema. En concreto, el candidato jeltzale asumió ocho compromisos «para resolver definitiva- mente el problema de los residuos en el Territorio», compromisos entre los que destacó el de «construir la planta de incineración prevista en el PIGRUG», con la dimensión establecida tras una actualización del plan de gestión de residuos que se comprometió a llevar a cabo este mismo ejercicio.

Los contratos de financiación

El PNV, por tanto, está determinado a recuperar el proyecto de la incineradora de Zubieta, descartada por el actual gobierno foral y que fue objeto de una importante respuesta social en la pasada legislatura, cuando el Gabinete del propio Markel Olano promovió su construcción.

El candidato jeltzale sostuvo que es posible reactivar este proyecto, ya que la norma foral que detalla los objetivos y las infraestructuras de gestión de residuos de Gipuzkoa, que data de 2008 -la actualización del PIGRUG-, seguiría vigente, al igual que la autorización ambiental de la planta proyectada.

Curiosamente, uno de los argumentos que expuso en defensa de retomar el proyecto de la incineradora de Zubieta es que «los contratos de financiación siguen operativos». Al respecto, arguyó que «no se han resuelto, de ahí que se tenga que seguir pagando religiosamente las cuotas por el seguro de cobertura, cuantificado por GHK en 69 millones durante la vida del contrato». Olano se refería a los swap contratados precisamente por su Gobierno en la legislatura anterior, un producto financiero por el que el consorcio de residuos de Gipuzkoa (GHK) paga mensualmente 670.000 euros -cifra que se verá incrementada hasta los 800.000 euros de aquí a junio- y que deberá abonar durante los próximos 16 años, después de que un tribunal diera la razón a los bancos en el recurso interpuesto por el actual Ejecutivo guipuzcoano.

De forma paradójica, el primer compromiso enumerado por el candidato del PNV es el de «buscar mayorías estables para resolver definitivamente la gestión de los residuos del Territorio», «lejos de la unilateralidad que ha presidido la gestión de Bildu a lo largo de la presente legislatura». Una promesa llamativa pues a renglón seguido anuncia la construcción de la incineradora y cuando, a cuatro meses de que se celebren los comicios, todavía desconoce con qué grupos podría conformar «mayorías estables». Añade, a este respecto, que «la gestión institucional de los residuos de Gipuzkoa deberá contar con el respaldo mayoritario de las Juntas Generales que nosotros recabaremos y respetaremos».

Contra el Puerta a Puerta

Otro de los compromisos expuestos por el candidato del PNV es el de «impulsar la retirada del sistema de Puerta a Puerta (PaP) en toda Gipuzkoa», una promesa coherente con su apuesta por la incineración de residuos y con la dinámica mantenida por él mismo y su partido en los últimos años, muy beligerante con ese sistema de recogida implantado en numerosos municipios guipuzcoanos.

Como alternativa, el PNV anuncia que implantará «el sistema de 5 contenedores, con chip de apertura para primar económicamente a los ciudadanos que más reciclan», aunque apostilla que «en cualquier caso, en cada municipio decidirán a través de diversos sistemas de deliberación el sistema de recogida». No concreta cuáles serían esos diversos sistemas de deliberación, ni si promoverá consultas populares como ha hecho en la presente legislatura. Unas consultas que ayer expuso Olano como uno de los argumentos para rechazar el PaP.

El partido jetzale también promete «no abrir nuevos vertederos», y descarta «el proyecto del vertedero de Osinbeltz en Zestoa». Sobre esta última infraestructura, sostiene que «es irrealizable, además de ilegal, por contrario a la Norma Foral y a las mínimas normas medioambientales. Y lejos de la Directiva Marco Europea y de las soluciones por las que han optado los países más comprometidos medioambientalmente». Para cerrar el paquete de medidas, el PNV anuncia «medidas transitorias para evitar que se colapse la gestión de residuos».

Respuesta de TMB

La dirección de la planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) de Arraitz aseguró ayer que en «ningún caso» ha arrojado al vertedero colindante de Artigas residuos sin tratamiento previo, como publicó ayer «Berria» y denunció EH Bildu.

Cambio de gestión

El grupo municipal de EH Bildu en Bilbo pidió ayer al delegado de Obras y Servicios que informe por qué se ha producido un vertido incontrolado en Artigas. La gestión del vertedero ha pasado del Ayuntamiento a la Diputación vizcaina.

Esparza contra Araiz

Ayer se resolvió en favor de Adolfo Araiz, exgerente de la Mancomunidad de Sakana, el conflicto por la incineración que le enfrentaba a José Javier Esparza, como consejero de Medio Ambiente. Hoy tienen otra disputa, pero por la Presidencia de Nafarroa.

El TS tumba el Plan de Residuos navarro por no concretar donde piensa incinerar

El Supremo inadmitió ayer el recurso del Gobierno de Nafarroa contra la sentencia que anulaba su Plan de Residuos para 2020 y queda así anulado definitivamente. El TS condena además a Nafarroa a pagar las costas. La invalidación del plan se debe a una denuncia interpuesta por la Mancomunidad de Sakana en colaboración con la Fundación Sustrai. El motivo de que se anulara el Plan General de Residuos (PIGRN) era que el Gobierno navarro había hecho una apuesta casi en exclusiva por la incineración y ni siquiera había fijado cuál sería la ubicación de la incineradora.

Según explicaba ayer Eduardo Santos, el abogado que ha llevado el pleito, lo que ocurre es que el plan «no tenía suficiente contenido». La situación que genera es compleja de analizar, ya que Nafarroa no tiene absolutamente ninguna estrategia de gestión de las basuras y ahora se tendrá que acoger a la normativa estatal. «No tenemos nada acorde con las directrices europeas y eso lo que evidencia es que el Gobierno navarro está dejando en manos de la iniciativa privada la gestión de un bien público como es la basura», dice Santos.

El Gobierno conocía que este era el único desenlace posible. Después de haber recibido el varapalo en primera instancia, metió este recurso con el único objetivo de ganar tiempo y que el proyecto de quemar los residuos en la cementera de Olatzagutia pudiera seguir adelante. Hace unos meses, Samuel Caro, del PSN, sorprendió al anunciar que había que hacer cambios en el PIGRN y cambiar el enfoque hacia otras tecnologías. UPN también acogió de buen grado la iniciativa y, supuestamente, están preparando estas modificaciones para antes del fin de la legislatura. Detrás de todo esto está el actual consejero de Medio Ambiente, José Javier Esparza, que actualmente se encuentra en plena campaña electoral, ya que Barcina lo aupó para que fuera el candidato. Estas modificaciones en el Plan de Residuos parecen encaminadas a promover los Combustibles Derivados de Residuos o (CDR) es decir, a pretratar la basura para después quemarla con mayor libertad (sería le mejor forma de alimentar a la cementera) tal y como ya hace FCR la multinacional que controla la gestión de la basura.

El abogado de la Mancomunidad de Sakana y de Sustrai entiende que el Plan está definitivamente muerto y que, por tanto, no ha lugar a modificarlo. «Habría que empezar de cero y hay que abrir otra vez el debate a la ciudadanía y pasar por un proceso participativo», asegura.

Curiosamente, el candidato de EH Bildu, era el gerente de la mancomunidad que impulsó el pleito. «Ha sido una victoria de David contra el Goliat del Gobierno. Esto evidencia que su idea de incinerar era ilegal y tenía errores técnicos. Ahora hemos perdido años en un tema tan importante como es la gestión de los residuos», dijo ayer Adolfo Araiz. A.I.

Años perdidos

La apuesta ciega por la incineración y los problemas técnicos del proyecto han hecho que la gestión de la basura en Nafarroa haya estado años estancada. Tras esta sentencia, Nafarroa ni siquiera cumple con los parámetros que exige la UE.