Maddi Txintxurreta

La violencia contra las mujeres en el ámbito político, un problema sin explorar

La red Basqueskola, impulsada por Eudel y Emakunde, ha organizado este martes un coloquio con la investigadora Silvia Soriano dirigido a las alcaldesas, concejalas y personal técnico de igualdad para empezar con la identificación de la violencia contra las mujeres en el ámbito político.

Jornada dirigida a las Alcaldesas y Concejalas de los ayuntamientos de la CAV en 2015. (Marisol RAMIREZ)
Jornada dirigida a las Alcaldesas y Concejalas de los ayuntamientos de la CAV en 2015. (Marisol RAMIREZ)

La violencia contra las mujeres en el ámbito de la política se puede manifestar de distintas maneras, sea mediante la violencia física, que sería «la punta del iceberg», hasta con la violencia simbólica, la más usual pero también la más escondida, siempre con la intención de «menoscabar los derechos políticos» por el hecho de ser mujer.

Lo ha explicado Silvia Soriano, profesora de Derecho Constitucional y directora de la oficina para la igualdad de la Universidad de Extremadura e invitada a las jornadas ‘Acoso y violencia contra las mujeres en la política local. Aproximación al concepto y claves para su identificación’ organizadas por Basqueskola.

Soriano, una de las pocas expertas que en el Estado español ha iniciado una investigación sobre el tema, ha compartido las enseñanzas de Latinoamérica, donde empezaron a tratar «la violencia política», como la llaman allí, hace más de veinte años, sobre todo en Bolivia y en particular mediante la Ley Modelo Interamericana Sobre Violencia Política Sobre Las Mujeres, 2017.

Si bien Soriano ha apuntado que la contextualización no es la misma en Latinoamérica y en el Estado español, ha tratado de acercar la terminología de la violencia en la vida política y sus manifestaciones que, asegura, también se dan en la CAV. Ha destacado que en el Estado español a las mujeres no solo les cuesta más llegar a la política, también suelen estar menos tiempo en el cargo. Y ha advertido también de la utilización de las cuotas de igualdad, pues algunas formaciones «hacen dimitir» a las mujeres una vez cumplida la cuota paritaria.

Y es que el acoso y la violencia contra las mujeres en el ámbito político, con el objetivo de menoscabar los derechos políticos de ella, se da de diversas maneras; a veces, según ha enfatizado la ponente, agravándose en el ámbito municipal, debido a que las violencias suelen ser mucho más «personales».

Qué se puede hacer

¿Qué situaciones se pueden dar? «Lo que más se ejerce es una violencia indirecta, a través de actitudes de hostilidad, lo que sería la violencia simbólica. No tener en cuenta las opiniones, robar las ideas de las compañeras, no prestar atención, examen de la vida privada. En el ámbito local, por ejemplo, la rumorología».

Esta violencia indirecta y estructural es más complicada de identificar, ha dicho Soriano. Además, sumándole otros factores, como puede ser la lealtad al partido político al que pertenece la mujer, o la falta de pedagogía que incluso impide reconocer los distintos tipos de violencia, a menudo suele pasar desapercibida.

La pregunta sería qué estrategias se deberían emplear en el ámbito político para acabar con la violencia y el acoso contra las mujeres, más allá de los protocolos y planes de igualdad que ya están en marcha. Una pregunta que a día de hoy, aquí, no tiene respuesta, pues no existen investigaciones ni datos que permitan actuar sobre un problema diagnosticado, según ha lamentado la ponente. El siguiente paso sería el primero: investigar.