Iker BIZKARGUENAGA
bilbo

El modelo de Corea es mucho más que una app para el móvil

Lakua quiere poner en marcha una aplicación que avise de los casos de Covid-19 en torno al usuario. La idea procede de Corea del Sur, pero aquel sistema es más complejo que una app.

El Gobierno de Lakua tiene intención de utilizar a partir de esta semana –todavía no se ha fijado fecha– una aplicación que permite a los usuarios saber sobre un mapa lo cerca que están de pacientes infectados con el Covid-19. Se trata de una idea importada de Corea del Sur, un país que ha sido capaz de limitar la expansión de la enfermedad. Con más de un millón de descargas en menos de un mes, esas app, que utilizan un sistema que se conoce como geofencing, que lanza un aviso al entrar en una zona delimitada en un mapa. De esta forma, la aplicación te puede informar de un caso detectado en un edificio en una fecha concreta, que en la zona hay un número determinada de casos, o cualquier otro dato público disponible al respecto, siempre con supervisión oficial.

La idea que está detrás de esta aplicación es que si la prioridad es frenar o, al menos, ralentizar el número de contagios y el avance de la enfermedad, hay que propiciar que las personas no vayan a las zonas donde podrían infectarse. Se trata de una especie de aislamiento zonal.

La clave es detectar los casos

Lo que ocurre es que esta aplicación es solo una parte esencial pero no única de un sistema que va mucho más allá y cuya piedra angular es la detección de todos los casos posibles.

«Detrás del éxito de Corea del Sur está el más extendido y mejor organizado programa de pruebas diagnósticas del mundo», explica en este sentido un reportaje publicado la semana pasada en sciencemag.org, que apunta junto a esta detección masiva el aislamiento de las personas infectadas y la detección y puesta en cuarentena de todos sus contactos. Hace una semana, en el país asiático ya se habían llevado a cabo 270.000 test sobre el coronavirus, a razón de 5.200 por millón de habitantes –5,2 por cada mil, unas cifras bastante por encima de las que manejan las instituciones vascas. En la CAV, por ejemplo se han realizado 0,6 test semanales por mil habitantes. Y hace muchos días que los casos leves no son objeto de diagnóstico.

Ayer mismo, durante la conferencia que mantuvieron los presidentes autonómicos con Pedro Sánchez, Iñigo Urkullu preguntó cuándo van a llegar los test rápidos y cuántas va a recibir cada CCAA. Este elemento es imprescindible, porque si no se sabe quién está infectado es absurdo trazar ningún mapa.

La capacidad de hacer diagnósticos «es la clave para mantener bajo control una epidemia», explica en la misma publicación digital la especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sídney, Australia) Raina MacIntyre, quien añade que una vez fijados los positivos, detectar los contactos y aislarlos debe ser el siguiente paso.

La dura experiencia de 2015

Para entender la rápida respuesta que Corea del Sur ha dado a esta crisis hay que retroceder cinco años atrás. En 2015, un empresario surcoreano regresó a su país tras llevar a cabo una gira en Oriente Medio, durante la cual contrajo una enfermedad respiratoria grave: el Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).

Esa persona fue tratada en tres centros hospitalarios diferentes antes de ser diagnosticado correctamente, y en el camino infectó a 186 personas, de las cuales fallecieron 36, entre ellas, varios profesionales sanitarios. En los siguientes dos meses se hizo pruebas a más de dos mil personas, y Corea quedó vacunada por la trágica experiencia. «Entendimos que hacer test es esencial ante una epidemia infecciosa», explica Kim Woo-Joo, especialista de la Universidad de Corea. También, que las medidas de protección deben ser máximas para todo el personal sanitario, que de momento ha salido indemne de la crisis del coronavirus.

Otra triste diferencia con la situación en Euskal Herria.

¿Quedan el derecho a la privacidad y la intimidad en cuarentena?

Con China exhibiendo cero contagios, quienes no ven posible –o deseable– un confinamiento total como el decretado en el gigante asiático han optado por citar como ejemplo el modelo coreano. Sin embargo, también ha generado controversia que una app controle en todo momento dónde está cada persona, y que los usuarios conozcan el estado de salud de quienes les rodean. Se da una intromisión en el derecho a la privacidad, y abre un debate sobre si, por ejemplo, compensa la información frente al estigma que puede recaer en una persona señalada como infectada. Hay quien avisa de que el miedo a ser estigmatizado podría hacer que parte de la población decline hacer el test.

Desde el punto de vista legal, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) permite tratamientos de datos personales en situaciones de emergencia sanitaria, y el artículo 6.1.e de esa norma reconoce que el manejo de datos personales es «lícito» en casos excepcionales, como el control de una epidemia y su propagación.I.B.