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El Gobierno francés estudia instalar 1.000 kilómetros de paneles solares en sus carreteras

El Ministerio de Ecología y Energía, que encabeza Ségolène Royal, ha anunciado la intención del Gobierno francés de construir en los próximos cinco años 1.000 kilómetros de paneles fotovoltaicos en sus carreteras con el fin de aprovecharlas no solo como vías de comunicación, sino también como medio para producir energía para unos cinco millones de personas.


El Gobierno francés tratará de emplear sus carreteras como medio de producción de energía a través de la instalación de paneles solares, según explicaciones de Ségolène Royal, ministra de Ecología y Energía, recogidas por Global Construction Review.

Según datos de la Agencia de Medio Ambiente y Gestión de la Energía, solo 4 metros de este tipo de superficie, bautizada con el nombre Wattway, basta para abastecer las necesidades de electricidad de un hogar, además de calefacción, mientras que un kilómetro sería suficiente para abastecer de energía a una localidad de 5.000 habitantes.

Esto quiere decir que, si se construyen con éxito los 1.000 kilómetros que planea el Ejecutivo francés, podría producirse energía para unos 5 millones de personas, es decir, alrededor del 8% de la populación del Estado francés.

El proyecto, según afirma la empresa Colas, productora de Wattaway, no requeriría grandes obras, ya que consistiría en pegar tiras de 7 milímetros de grosor sobre la calzada. La tecnología básica para esto ya ha sido desarrollada por la empresa Bouygues, filial de Colas. No se precisa cada cuánto habría que reemplazar las piezas.

En concreto, consiste en una película delgada de silicio policristalino, que tendría la suficiente resistencia para soportar el paso de vehículos pesados y, además, ofrecería la tracción necesaria para que los vehículos no patinen.

Aunque se desconoce el coste de este proyecto, Royal explicó que podrían acometerse mejoras en las infraestructuras de transporte francesas elevando los impuestos sobre el petróleo, lo que supondría un ingreso de 200 y 300 millones de euros.

No faltan voces que cuestionan la validez e incluso la seguridad de este proyecto, pero existen algunos ejemplos similares, incluso en Europa. En Países Bajos, se construyó en 2014 un bidegorri solar de unos 70 metros. Claro está que, por embergadura y características, ambos proyectos son difícilmente comparables.