GAIAK
Entrevue
Anero y Michi
Miembros de Cordura

«A veces te empeñas tanto en que todo suene tan perfecto, que lo desnaturalizas»

La banda bilbaina acaba de publicar su nuevo trabajo, grabado en los estudios de Martín (Capsula), y en el que apuestan por un sonido más crudo y directo, manteniendo la esencia de una banda tan inclasificable como inconfundible.

Fotografía promocional de Cordura. (Natalia WALLED)

Han pasado más de cinco años desde su anterior ‘Ruta Suicida’. ¿No les parece demasiado tiempo?

Michi: Con la pandemia, como no habíamos podido presentarlo en condiciones, sentíamos que no habíamos agotado el disco anterior, ‘Ruta suicida’, y parecía que nunca llegaba el momento de ponerse con el siguiente. Estábamos en el local y no salía nada coherente porque aquel trabajo todavía estaba fresco.

Anero: De todas formas, nos lo tomamos con resignación porque es algo que había afectado a todo el mundo y no se podía hacer nada.

¿Y en qué momento se plantean que había que volver a ponerse las pilas?

M.: Ya en 2020, a mí me sale ‘Noche polar’, pero como no nos juntábamos y teníamos menos tiempo, no acabábamos de arrancar. Hasta que en un momento dijimos ‘hay que empezar de una puta vez’, y cuando atamos la fecha con Martín, ya empezamos a coger todos esos esbozos de canciones que teníamos por ahí para pensar en un disco.

A.: En un principio también se planteó la idea de hacer un EP, porque pensábamos que iba a suponer menos esfuerzo y menos tiempo de composición y grabación, pero Michi estaba empeñado en que había que hacer elepé; y lo que hicimos fue ponernos una fecha y, si en ese momento no teníamos material suficiente para un disco, haríamos algo corto. Y lo que pasó es que no había para un disco completo, pero había algo más que un EP, así que tuvimos que hacer más canciones para completarlo y, de esta forma, tener el largo.

M.: La cosa es que sacar un EP, al final prácticamente te lleva el mismo tiempo. Además, habían pasado cuatro años y pico desde el anterior. Y lo que pasó es que, cuando pusimos esa fecha, empezaron a salir las canciones, porque siempre nos pasa lo mismo, trabajamos mejor bajo presión… es más, un mes antes de la grabación, todavía metimos un último tema. Somos un poco ‘masocas’ (risas).

«Con este disco nos hemos encontrado de todo: gente a la que no le ha gustado tanto como los anteriores y otros que nos dicen que es lo mejor que hemos hecho»

¿Qué buscaban al grabar en Silver Recording con Martín (Capsula??

A.: Queríamos cambiar un poco la onda, porque aunque es cierto que los discos anteriores suenan muy bien y tienen un sonido super pulido, queríamos darle otra orientación… estábamos con el tema de la psicodelia y así, y en ese sentido Martín con Capsula va ‘sobrado’, e iba a entender perfectamente lo que queríamos. Se trataba de abrir la mente y probar otras cosas nuevas.

¿Se notó su implicación en el resultado final del disco?

M.: Se notó, pero no demasiado, porque cuando vamos al estudio sabemos perfectamente lo que queremos o cómo queremos que sean nuestras canciones. Sí que se alargó más de la cuenta porque hubo que regrabar alguna cosilla. Pero nos dimos cuenta enseguida de que, cuando le hablábamos de las referencias en que estábamos pensando a la hora de hacer el disco, nos las pillaba todas inmediatamente. Lo que más nos gustó es que no es nada perfeccionista… pero en el buen sentido, porque es un defensor de esa imperfección que hace que suenes como realmente es la banda y que realmente era lo que estábamos buscando.

Es que, a la hora de abordar, sobre todo, los temas más ‘garageros’, esa ‘suciedad’ o esa crudeza es necesaria, ¿no?

A.: Eso es, nosotros somos de grasa y de sudor en directo. Y con este disco nos hemos encontrado de todo: gente a la que no le ha gustado tanto como los anteriores, y otros que nos dicen que es lo mejor que hemos hecho. Pero nosotros teníamos claro que queríamos que sonara así, sucio y natural. A veces, te empeñas tanto en que todo suene tan perfecto, que lo desnaturalizas un poco. Tiene que ser algo más espontáneo.

M.: Eso es lo que nos pasó con ‘El mal ya está hecho’, que estaba muy pulida la producción…incluso demasiado, y recuerdo que dimos un concierto en Mungia con Dekot y nos dimos cuenta de que no podíamos transmitir aquellas canciones en vivo, porque a lo mejor nos extralimitamos en el estudio. Por eso, esta vez queríamos una producción más cruda, buscando a la vez los extremos, porque ahí está ‘Noche polar’, que es muy minimalista, ‘De entre los muertos’, que tiene un rollo más jazz… es un disco en el que todas las canciones suenan muy diferentes entre sí.

Natalia WALLED

¿Y cómo habéis adaptado la parte más psicodélica a esos sonidos más directos? 

M.: No somos retro, pero siempre coges ideas de bandas que has escuchado. Por ejemplo no te puedo negar que ‘Miembro fantasma’ es una idea que cogí de 13th floor elevators… quería que se mantuviera ese rollo, y que sonara a antiguo, pero es imposible porque los equipos no son iguales que los de antaño; ahí sí que es fundamental la mano de Martín, guiándonos para conseguir esos sonidos que buscamos en cada canción.

Al ser un sonido tan variado, Cordura nunca podrá encajar dentro de un estilo concreto. ¿Es eso una ventaja o un inconveniente?

A.: Yo creo que ambas. Aunque haya nexos comunes en nuestros gustos personales, a cada uno nos gustan cosas diferentes; eso también se nota en lo que hacemos, y lo bueno es que se contagie, conectando en nuestra música con un montón de bandas y estilos. Y lo que es que, al no hacer un estilo o un género concreto muy definido, no estamos metidos en ninguna escena, sino un poco en tierra de nadie, y por eso cuesta más que te llamen para ciertos sitios o festivales. Pero vamos, que estamos encantados donde estamos.

M.: A mí me encanta la libertad que tenemos para hacer lo que nos sale de los cojones en cada momento, sin depender de nada ni de nadie.

¿Había una intención de que, en este trabajo, los teclados ganaran el protagonismo que han ganado?

M.: En los trabajos anteriores, lo del teclado era casi anecdótico, porque solo se metía alguna línea de vez en cuando… y hoy en día son algo básico, ya no podemos ir a los conciertos sin teclados. 

A.: De hecho, me he comprado otro igual que el que tengo, por si se cae y se jode (risas). Lo de los teclados es algo que quería hacer, porque como informático siempre me gusta ‘trastear’ con todo. Además, creo que al ser una banda con una sola guitarra, los teclados dan otro empuje a lo que hacemos.

Michi, ¿el predominio de los teclados suponía también una descarga de trabajo para usted?

M.: Ya me he acostumbrado a eso, porque llevo muchos años así, y más que para descargarme a mí, lo que creo es que con los teclados se ha enriquecido mucho el sonido, porque nos permite meternos en otra dimensión que antes no era posible.

«Con los teclados se ha enriquecido mucho el sonido, porque nos permite meternos en otra dimensión que antes no era posible»

Anero, ¿cómo ha trabajado en esta ocasión la parte vocal?

A.: Yo creo que antes hacía melodías más complejas y que flotaban por encima de los riffs, y ahora son más directas; en vez de ser tan ampuloso, es algo más directo y le da más empuje a la canción. He ido a más, haciendo menos cosas. Y eso es algo que también creo que se nota en las letras, porque al ser más inmediatas, la gente las disfruta más. Además está bien porque, aunque sean textos más sencillos, no se pierde el punto poético. 

Este año cumplen 25 años como banda. ¿Cuál creen que ha sido la clave para seguir ahí, y además, prácticamente con la misma banda desde el principio?

M.: Prácticamente… porque el que menos lleva, que es Unai, ya lleva 16 años. Yo creo que la clave es no intentar hacer en la música más de lo que podemos, armonizándolo con una vida normal con un trabajo, una pareja, una familia… es que, si fuerzas la situación, igual acabas dejando gente por el camino. Por eso, nosotros nos organizamos para que todos mantengamos nuestras vidas, sin que la música sea una interferencia.

A.: Además, nos llevamos muy bien entre todos, no solo hay una relación musical, sino también personal y hemos estado juntos en los momentos buenos y malos de cada uno. Son muchas horas juntos, ha habido épocas en que nos veíamos más entre nosotros que a nuestras parejas o familias. Somos hermanos y entendemos las particularidades y la situación de cada uno. A lo mejor, al no tocar tanto, no conseguimos tanto como otras bandas… y de todas formas, lo que hemos conseguido es muchísimo: ¡7 discos! Hemos visto a muchas bandas que querían aspirar a más de lo que podían y se han quedado por el camino. Yo eso no quiero que me pase en la puta vida. Prefiero seguir tocando ante 50 personas que llegar a ese punto de hastío musical. Al final, ya pueden venir mil cambios, pero el underground sigue latente y es lo que siempre nos va a salvar, y ahí es donde nos gusta estar.

M.: Sí, alguien puede creer que es una cuestión de poca ambición en cuanto a nuestros logros, pero sin embargo, hay mucha ambición musical, porque lo que hacemos lo hacemos al 200% siempre, y mientras esa ambición artística siga latente, ahí seguiremos nosotros también.