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La Quincena Musical vuelve a superar la cifra de 32.000 espectadores

La Quincena Musical cerró su 86ª edición con más de 32.000 espectadores y una recaudación de 800.000 euros. El festival reafirma el éxito de sus conciertos sinfónico-corales, aunque también destaca el creciente interés por propuestas protagonizadas por músicos locales.

«Wst Side Story», con la Euskadiko Orkestra, el Coro Easo y un amplio elenco encabezado por Miren-Urbieta Vega. (Andoni CANELLADA | FOKU)

La Quincena Musical presenta las cifras de su última edición, que se clausuró ayer en el Kursaal, como ya es tradición, con un gran concierto sinfónico-coral con el Orfeón Donostiarra. La 86ª edición del festival cierra con resultados muy similares a los del año pasado, cuando por fin logró recuperarse de la cola dejada por la pandemia, superando los 32.000 espectadores y los 800.000 euros de recaudación.

De las 32.723 personas que han acudido a los eventos del festival este verano, casi la mitad se contabilizan en el ciclo de grandes conciertos del Kursaal. Por los diez espectáculos que se han programado en el auditorio donostiarra han pasado, concretamente, 14.890 personas.

Sin embargo, solo tres de los espectáculos han tenido el tirón suficiente como para colgar el cartel de ‘no hay entradas’: el ‘Stabat Mater’ de Rossini, el 4 de agosto, con la Orquestra de la Comunitat Valenciana y el Orfeón Donostiarra; la versión en concierto de ‘West Side Story’ de Leonard Bernstein, con la Euskadiko Orkestra, el Coro Easo y un amplio elenco encabezado por Miren-Urbieta Vega; y el concierto de clausura que protagonizaron ayer mismo la Gewandhausorchester Leipzig y, nuevamente, el Orfeón Donostiarra, para interpretar el ‘Réquiem alemán’ de Brahms.

Los espectáculos que peor han funcionado han sido la ópera ‘Amaya’ de Guridi, que en realidad fue mejor de lo esperado (calcularon unos 800 asistentes y finalmente fueron 1200), y particularmente el concierto de la Orquesta Nacional de España, con su mediocre propuesta en torno a Wagner, ‘El anillo sin palabras’, que dejó el Kursaal medio vacío.

Espectáculos sinfónico-corales Las conclusiones son bastante claras: el público parece decantarse sobre todo por los espectáculos sinfónicos-corales, que son desde siempre una de las señas de identidad del festival. La organización hace un esfuerzo para que las orquestas visitantes trabajen con formaciones locales como el Orfeón, el Easo o el Landarbaso, y el público responde siempre positivamente a esta mezcla de lo extranjero con lo conocido. Aunque también se han dado casos difícilmente comprensibles, como que la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig no llenase el auditorio en la primera de sus dos actuaciones.

En la entrevista que GARA publicará el lunes, el director de la Quincena, Patrick Alfaya, explica que no es normal no llenar un concierto de una orquesta unánimemente reconocida como una de las mejores del mundo, y que además visitaba Euskal Herria por primera vez.
Alfaya asegura que cada vez detecta más esta tendencia en los últimos tiempos: el público ya no responde igual a la presencia de grandes estrellas internacionales de la música clásica y se siente más atraído por otras propuestas. De hecho, la velada más exitosa del festival ha sido el recital del tenor donostiarra Xabier Anduaga, que logró poner en pie a un teatro abarrotado.

La Quincena también señala el gran éxito del concierto especial que cada año se celebra en Arantzazu, y que esta vez propuso el encuentro entre tres generaciones de músicos en torno a Alos Quartet, que contó con la participación de Natxo de Felipe, Gorka Urbizu, Olaia Inziarte, Amorante, Iñar Sastre y Bixente Martínez.

Pero hay vida más allá de estos grandes espectáculos. A lo largo de 29 días, el festival ha desplegado una amplia y heterogénea programación, 79 citas en total, que se han desarrollado en diversos espacios de la capital guipuzcoana pero también en una veintena de localidades repartidas entre Gipuzkoa, Araba, Nafarroa y Lapurdi.

Por el Victoria Eugenia donostiarra, además del ya citado Xabier Anduaga, han pasado la pianista japonesa Mitsuko Uchida, que parece que en los últimos años ha hecho de Donostia su segunda casa. Ha sido su tercera actuación en el festival y la cuarta en la ciudad desde que llegó por primera vez en 2021.

El teatro Victoria Eugenia acogió también danza, concretamente flamenca, de manos de Rafaela Carrasco, y el estreno absoluto de una ópera infantil de nueva creación, ‘Nizugu’. Además de esta ópera, la Quincena Musical también ha acogido el estreno de dos coreografías y de seis obras musicales, la mayoría de ellas en el Ciclo de Música Contemporánea.

Asistencia de público Hablando de ciclos, una vez más ha vuelto a funcionarle muy bien al festival esta forma de organizar su programación. Según la organización, en la mayoría de los ciclos se ha superado el 90% de ocupación, reuniendo en total a más de 15.000 personas. Destacan por asistencia de público los ciclos de Música Antigua y de Cámara (2.182 personas y 7 llenos absolutos), Tabakalera Dantzan (851 personas), el Ciclo de Órgano (6.131 personas), la Quincena Andante (2.396 personas) y los conciertos inaugurales (860). La recaudación total por taquilla de la 86 Quincena Musical, entre grandes conciertos y ciclos, ha ascendido a 812.732 euros.

Durante la presentación de resultados, la Quincena aprovechó también para adelantar algunos de los espectáculos ya confirmados de cara al verano de 2026. Tras su visita el pasado verano, la Orquesta Filarmónica della Scala de Milán regresará al festival junto al gran director Riccardo Chailly, y la Mahler Chamber Orchestra hará lo propio junto a Daniel Harding y el pianista Daniil Trifonov. En cuanto a la danza, apuntaron a la presencia de Les Ballets de Monte-Carlo para intrerpretar ‘Ma Bayadère’, la última creación de Jean-Christophe Maillot. Esta nueva producción se estrenará en diciembre de 2025 y su primera función en el Estado español será en la Quincena.