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Los 25 años del Nokia 3310, el móvil más inmortal

Este teléfono fue estrenado el 1 de setiembre de 2000 y tuvo un éxito inmediato gracias a su sencillez. Hasta que la casa finlandesa decidió volver a reproducirlo, más ‘moderno’.

El artilugio que marcó un antes y después, visto desde todas sus perspectivas. (Multicherry | Wikimedia)

Hay quien todavía tiene un ejemplar en su armario. No funciona porque le falta la tarjeta SIM dentro, pero representa un salto a un pasado donde todos, además de ser más jóvenes, nos sentíamos más felices con las novedades tecnológicas. Nos llegaban a la manera de un regalo de la modernidad.

Hubo un móvil que hizo realmente época, proyectado y producido por la casa finlandesa Nokia. Un objeto con un número, 3310, un teléfono portátil que entraba fácilmente en el bolsillo y que tenía algo especial: una batería casi infinita, la impresión de ser un artilugio indestructible, unas 40 opciones para elegir el tono de las llamadas, y, por primera vez, la posibilidad de personalizar tanto la protección, con miles de colores disponibles, como la pantalla.

 

«Bienvenidos al nuevo milenio», parecía gritarnos, por resumirlo.

Difusión masiva

Eran los tiempos en que presentar el modelo nuevo de un móvil era simplemente... presentar un modelo nuevo de móvil, sin construir a su alrededor todo un evento. Un tiempo donde las grandes casas productoras tenían entre las manos un tesoro no solamente en el uso inmediato, sino en modalidad ‘Modern antique’, como se dice en inglés: ejemplares destinados a convertirse en objetos de culto en el futuro gracias a sus peculiares funciones y a un diseño único.

Entre el nuevo y el viejo milenio, más allá del miedo al ‘Bicho’, fueron los móviles los que representaron esta era de la conexión inmediata, verdadera puerta a nuestro día a día actual. Una difusión masiva que nos permitía saber, como nunca anteriormente, que cualquiera en cualquier lugar estaba a una corta distancia de nuestra presencia.

Aquel Nokia 3310 alimentaba esta facilidad, con su pantalla simple y la posibilidad de teclear mensajes a través de la función facilitadora T9. Representó realmente la ‘perdida de la inocencia’ digital para millones de usuarios. Costaba lo justo, iba ligero en el bolsillo, no se rompía nunca (no tenía ni la antena de las versiones anteriores de otros Nokia), aguantaba hasta una semana sin la presión de recargarlo...

Representó realmente la ‘pérdida de la inocencia’ digital para millones de usuarios: costaba lo justo, era ligero, no se rompía nunca, aguantaba una semana sin cargar...

 

Más de 125 millones de personas llegaron a comprarlo, según datos oficiales. No fue el móvil más vendido de la historia, cierto, pero sí uno de los dos o tres más icónicos seguramente.

Nokia 3310, el pasatiempo del ’Snake’

Antes de las aplicaciones, antes del 5G y de la posibilidad de utilizar internet con los móviles de nueva generación, el tiempo parecía estar más estancado. Los momentos ‘muertos’, claro, había que rellenarlos. A través de relaciones humanas o manteniendo la mirada en la pantalla del teléfono portátil, quizás jugando.

Y el Nokia 3310 tenía uno de los más espectaculares (para la época) pasatiempos nunca admirados en un móvil antes de la invasión de los smartphones, y con ella la llegada de la conexión perpetua: el ‘Snake’, la ‘Serpiente’. Un juego preinstalado, donde con tu teclado gestionaba una raya que se podía mover en horizontal o en vertical a velocidad variada. El objetivo era tocar unos puntos colocados en la pantalla, y cada vez que la línea se ‘comía’ el punto la serpiente se prolongaba y era más fácil de manejar.

Había que dar unos toques de calidad con las yemas del dedo para voltear a Snake cuando ya era muy largo, y el riesgo era tocar la cola de la serpiente con la cabeza. En algunos momentos era inevitable que la raya se atascase, la partida terminaba entonces pero la adrenalina había subido. Aquello era lo máximo para la época, pero a la vez tan sencillo como el propio diseño y la manera de utilizar el Nokia 3310.

Caminando por mercados de segunda o tercera mano aún pueden encontrarse ejemplares del año 2000 que funcionan, como ocurre con las cámaras Polaroid

 

Un Nokia 3310 que en 2017 la misma empresa decidió volver a producir tal cual, es decir, sin modernizarlo exageradamente, como mucho con una ligera posibilidad de acceder a Internet.

No tuvo el éxito de la primera ‘ola’, pero provocó en el público un esperado efecto vintage, que es una de las maneras más eficaces de fomentar el consumo en esta era, donde se percibe de algún modo que todo lo del pasado automáticamente era mejor que lo de ahora. Mejor o más placentero porque la nostalgia es una marca tanto mayor que la propia marca.

Caminando por los mercados de segunda o tercera mano, sin embargo, en los que venden este tipo de antigüedades modernas se pueden encontrar a la venta ejemplares del año 2000 y que todavía funcionan. Al mismo modo que las cámaras de foto Polaroid, por ejemplo.  

«You asked for it… we brought it back. The Nokia 3310 is reborn», este era el eslogan del 2017: «Lo habéis pedido, lo hemos traído de vuelta, el Nokia 3310 ha renacido». O, más probablemente, no había muerto nunca, para enseñarnos como era la vida antes.