20 OCT. 2024 CONSUMO Reduflación que no cesa BERTA GARCíA La reduflación es una práctica engañosa, casi imperceptible para las personas consumidoras, y consiste en reducir el contenido del producto sin modificar el precio por kilogramo o unidad (tanto en productos alimenticios como en el resto). El negocio es redondo para las empresas, salvo en países como el Estado francés o Estados Unidos, que han tratado de poner coto con leyes ad hoc. En el caso del primero, desde julio del presente año, los supermercados franceses deben indicar los productos que han sido reducidos de tamaño y han mantenido el precio anterior (la medida establece el precio que tenía antes y el que deberá presentar en adelante en un cartel que tendrá una duración de dos meses). INFLACIÓN ENCUBIERTA El resto no se sabe o no se enteran, como nos pasa en Hego Euskal Herria, que tenemos que tragar los mensajes mediáticos sobre la bajada de la inflación, cuando lo que acabo de señalar es toda una inflación encubierta. Aquí no se trata de escasez de medios administrativos, que también, porque en Consumo cuentan todas las administraciones públicas, pequeñas y grandes, y más competencialmente hablando. Aquí lo que subyace es un miedo escénico a sancionar a las patronales, quienes llevan fatal el intervencionismo de los gobiernos, según en qué cuestiones, claro, porque, cuando vienen mal dadas, agrandan los problemas ad infinitum y más allá. La cuestión se las trae, y ni rebaja en el IVA de alimentos básicos, ni Ley de la cadena alimentaria, y es que, al parecer, la reduflación ha venido para quedarse impunemente, ya que, como personas consumidoras, o no nos acabamos de enterar, o no nos implicamos. Y, ante esa baja proactividad, pasa como a los bebés que, si no lloran, aún no les toca el biberón.