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CONSUMO

Lavado verde en el reciclaje


También conocido por sus siglas en inglés como “greenwashing”, el lavado verde está a la orden del día, aunque las personas consumidoras no sepamos por dónde nos da el aire cuando somos engañadas por afirmaciones engañosas de reciclaje. Técnicas publicitarias de doble efecto lavan la imagen de las empresas y a los usuarios nos lavan la mala conciencia sobre el abuso del plástico.

Estas prácticas de marketing, basadas en el reciclaje, se sustentan sobre una narrativa “buenista” de las administraciones públicas para revertir la tendencia creciente de generación de residuos. Las empresas y administraciones públicas saben los datos reales de la efectividad del reciclaje, por mucho que la ciudadanía tire el envase en el contenedor correcto. Y es que la verdad se puso en un Informe de la OCDE en 2023: «Solo el 9% del plástico producido en el mundo se ha reciclado alguna vez» (Perspectivas mundiales de los plásticos).

De esto la necesidad de fabricantes y distribuidores para salvar la imagen al afirmar que una botella es 100% reciclada o reciclable, cuando es francamente engañoso, al igual que las imágenes ecológicas que dan la impresión equivocada de que las botellas de plástico para bebidas no tienen ningún impacto en el medio ambiente. Según el informe, la mayoría de los residuos se acumulan en vertederos, se incineran o se dispersan en entornos naturales, con efectos devastadores sobre la salud humana y los ecosistemas.

Con este panorama tan devastador, las organizaciones sociales (ecologistas, medioambientalistas y consumidores), han optado por el derrotero de las denuncias de publicidad engañosa. Algo que a la administración pública (en todos los niveles) le viene bien por dos razones: multando acalla voces, y las todopoderosas empresas siguen ganando tiempo para hacer la transición.