23 NOV. 2025 MÚSICA Hollie Cook (Brandon-Redferns | Getty) Gotzon Uribe {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Casi quince años después del lanzamiento de su homónimo álbum de debut en el sello Mr Bongo, la oradora del amor en el reggae, Hollie Cook, regresa a la discográfica con “Shy Girl”, su quinto trabajo de estudio. Tejido con ritmos ajustados, bellas voces y melodías contagiosas, “Shy Girl” muestra a la cantante y compositora disfrutando plenamente de su sonido contemporáneo de lovers rock, más segura y abierta que nunca. Una exploración luminosa del amor en todas sus formas, “Shy Girl” cuenta historias de lo mágico y lo melancólico, de lo que eleva el corazón y de lo que lo rompe, a lo largo de doce exquisitas composiciones de reggae analógico. Es la culminación de un sonido de “pop tropical”, suave y reconocible al instante, que Cook ha hecho completamente suyo. El disco ha ido tomando forma a lo largo de tres años en cuatro ciudades diferentes -desde Los Ángeles y Nueva York, hasta Vejer de la Frontera y la ciudad natal de Cook, Londres-. Ha sido compuesto junto a sus colaboradores habituales, The General Roots Band, e incluye la participación del legendario MC de dub Horseman, quien presta su voz al primer sencillo del álbum, “Night Night”. El disco se abre con la pista que le da título, “Shy Girl”, una vibrante y elástica pieza de lovers rock escrita en un momento de intuición espontánea, que rebosa del carisma y la positividad que irradia Cook. «El tema de ‘Shy Girl’ soy yo. Se trata de mostrarme en mi forma más vulnerable y de ser lo más fiel posible a la música que amo», explica la cantante. Esa honestidad es la que brilla a lo largo de todo el disco, desde el profundo dub de “Frontline”, con sus líneas de guitarra eléctrica incisivas, hasta la balada roots agridulce de “We Share Love”, que cierra el álbum. La composición de Cook se nutre de toda una vida de influencias e inspiraciones musicales. Desde la colección de discos de su padre -Paul Cook, baterista de los Sex Pistols- y las giras junto a Ari Up de The Slits, icono del post-punk, hasta su amor por la música pop liderada por mujeres fuertes y el peso del bajo característico de la cultura sound system londinense. Enamorada de la música de Janet Kay y Phyllis Dillon, “Shy Girl” representa a la vez un regreso a casa y una madurez artística para Hollie Cook: la destilación y el refinamiento de un sonido de reggae resplandeciente. En su descripción usa expresiones como “sun-drenched” (bañado por el sol) para referirse al ambiente cálido que atraviesa todo el trabajo. Una atmósfera sonora suave y marcada por la familiar “firma” de Cook. Para quienes siguen la obra de Hollie Cook desde sus comienzos en el lovers rock y el reggae contemporáneo, este álbum posee múltiples capas de interés. Las doce canciones del disco ofrecen un abanico de texturas, desde lo bailable hasta lo introspectivo. Los sonidos analógicos, las guitarras reggae, la presencia dub del bajo, sumados al registro vocal suave y ensoñado de Cook, configuran una experiencia sonora que invita a disfrutar y a sumergirse en sus matices. David A. Smith | Getty The Mountain Goats The Mountain Goats, liderados por el cantautor John Darnielle, han construido una carrera prolífica e influyente dentro de la música indie desde principios de 1990. Conocidos por su vasta discografía de narraciones y letras literarias, Darnielle es considerado una de las voces más distintivas de la composición moderna. Su trabajo posee una profunda resonancia emocional entre su apasionada y leal base de seguidores, construida durante 30 años. Producido por Matt Douglas, multiinstrumentista en la banda, que también ha coescrito varias canciones, el nuevo álbum es un trabajo repleto de melodía y orquestación que se extiende más allá de su trabajo anterior.