Leyendo el abecedario desde el espacio

Hace algunos años, mientras trabajaba en un reportaje sobre incendios forestales, el escritor y observador de la NASA Adam Voiland vio que, en una imagen de satélite de Canadá, un penacho de humo dibujaba una nítida V. Eso le hizo preguntarse sobre si sería posible hallar las 26 letras del alfabeto inglés usando solo fotos de satélite o enviadas por los astronautas. Registró nubes, marcas en la tierra, corrientes marinas o incluso islas... y lo consiguió. El resultado está publicado en el Observatorio de la Tierra de la NASA (earthobservatory.nasa.gov), donde explica que la O y la C le resultaron fáciles de encontrar (una es el cráter causado por un meteorito caído en Mauritania hace 10.000-30.000 años y la otra, una isla artificial en la isla de Bahrein), todo lo contrario de la A (los meandros del Green River de Utah), B (el río Arkansas) y R (el argentino lago Menéndez), que se le resistieron. Por cierto, la Z la forma el humo de unos incendios forestales en Canadá.