07 FéV. 2016 CINE «Silence» MIKEL INSAUSTI {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} A lo largo de su carrera, Martin Scorsese ha soñado con llevar a la pantalla la novela de Shûsaku Endô “Chinmoku” y para 2009, tan ansiado proyecto ya parecía concretado. Su plan era rodar “Silence” antes que “Shutter Island” (2010), “La invención de Hugo” (2011) y “El lobo de Wall Street” (2013), pero no pudo ser. El reparto principal lo iban a componer Daniel Day-Lewis, Benicio del Toro y Gael García Bernal. Uno por uno se fueron cayendo del proyecto, al ver las dificultades que entrañaba el rodaje en Taiwán. Después de un sinfín de vicisitudes, “Silence” se estrenará por fin el próximo otoño, pero con un nuevo trío estelar formado por Liam Neeson, Andrew Garfield y Adam Driver. Pero Scorsese no descansa y aunque haya alcanzado uno de sus principales objetivos, tiene ya en marcha otros tres nuevos proyectos cinematográficos, sin contar la serie televisiva “Vinyl”, sobre la industria discográfica de los años 70, que ha producido con Mick Jagger. Con Leo DiCaprio como protagonista, adaptará la novela de Erik Larson “The Devil in the White City”, en torno a un asesino en serie que actuó durante la Expo Universal de Chicago en 1893. También volverá a su especialidad mafiosa con “The Irishman”, basada en la novela de Charles Brandt, y con un característico reparto que encabezan Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel y Bobby Cannavale. Tampoco deja sus películas musicales y piensa en un biopic dedicado a nada menos que Leonard Bernstein. Cuando Martin Scorsese hizo su ópera prima “Boxcar Bertha” (1972), ya se había estrenado “Chinmoku” (1971), primera adaptación cinematográfica de la novela homónima de Shûsaku Endô, dirigida por Masahiro Shinoda y que contó con David Lampson y Don Kenny para los papeles occidentales, mientras que de los nativos se ocuparon Tetsurô Tanba, Mako y Eiji Okada. Mucho le debió de impresionar a aquel joven cineasta italoamericano, porque siempre ha estado en su mente hacer una nueva versión. Pero antes tuvo tiempo de acercarse a la cultura cristiana adaptando a Nikos Kazantzakis en la polémica “La última tentación de Cristo” (1988). Esta obra alrededor del martirologio tiene muchos puntos en común con “Silence”, porque la idea japonesa del cristianismo conecta con su manera de entender el sacrificio. El título se refiere inequívocamente al silencio de Dios, el mismo del que habló tanto en sus películas el maestro Ingmar Bergman. Y, en este caso, apela al total abandono que sentían los misioneros jesuitas en el Japón del siglo XVII, a los que se les exigía no renegar de su fe a pesar de las persecuciones y torturas que sufrían. La historia se centra en la llegada a Extremo Oriente en el año 1638 de dos jóvenes sacerdotes portugueses, enviados para estudiar el caso de otro religioso de mayor edad acusado de apostasía. Ni qué decir tiene que los recién llegados acabarán pasando por el mismo calvario, pues en aquella época existía allí el ritual del «fumie», consistente en pisotear unos toscos grabados de la Virgen y Jesucristo. Quienes se negaban eran colgados boca abajo hasta desangrarse, en lo que se denominaba el «anazuri». A los estelares Liam Neeson, Andrew Garfield y Adam Driver les secundan los intérpretes nipones Tabanobu Asano, Ryô Kase, Sabu, Shin’Ya Tsukamoto, Nana Komatsu, Issei Ogata y Ten Miyazawa. El presupuesto de la producción se estima finalmente en 51 millones de dólares, aunque la destrucción de algunos decorados ha podido aumentar el coste; sin hablar de la demanda interpuesta por el productor italiano Vittorio Cecchi Gori, quien reclama una serie de cantidades por los retrasos a los que se ha visto sometido históricamente el rodaje, acusando a Scorsese de incumplimiento de contrato. Parece ser que la banda sonora será compuesta por Howard Shore.