«La vache»

Estamos ante un nuevo fenómeno de comedia triunfal en el mercado francófono, que se está comparando ya con el éxito alcanzado previamente por “Intocable” (2011), aunque falta por saber si la respuesta en el extranjero será la misma. De momento, “La vache” lleva más de un millón de entradas vendidas en el Estado francés desde que se estrenara allí en el mes de febrero. Sabido es que una vez que una película cuenta con el apoyo masivo del público la crítica poco o nada tiene que decir, así que la división de opiniones en dicho sector no va a tener mayor influencia. Además, en el festival de comedia de Alpe D’Huez ganó el Gran Premio a la Mejor Película y el Premio del Público. Se trata de un reconocimiento muy significativo, sobre todo desde el punto de vista promocional, porque la vaca protagonista es de raza lechera “tarentaise” o “tarine”, que procede de los Alpes, pero por su adaptabilidad a zonas montañosas y a las condiciones más duras se cría también en Argelia, incluso en territorios semidesérticos. Y en la ficción la vaca viajera Jacqueline es argelina.

La vaca Jacqueline es cuidada con mimo por un campesino argelino que ha puesto todos sus sueños en ella, los cuales pasan por la participación en el concurso de razas bovinas de la feria agrícola de París. Cuando por fin el animal es aceptado y su dueño recibe la consiguiente invitación, se encuentra con que no tiene el dinero suficiente para el largo viaje. Todos los vecinos se volcarán con el entrañable personaje encarnado por Fatsah Bouyahmed, y harán caja común, para que pueda llegar hasta el puerto de Marsella, donde un primo suyo al que da vida el popular actor de origen magrebí Jamel Debbouze le acogerá. Pero el camino a pie hasta París será muy duro, y durante su marcha la vaca y el campesino argelinos se harán populares a través de las noticias y las redes, siendo respaldados por unos y burlados por otros. Entre quienes se les van uniendo aparecerá el nativo Lambert Wilson como cuarto protagonista, pues es un aristócrata arruinado que ve una oportunidad para enseñorearse de nuevo.

De la relación entre el conde, interpretado por Lambert Wilson, y el protagonista surgen precisamente las comparaciones con la comedia interracial de Olivier Nakache y Éric Toledano “Intocable” (2011), en la que formaban pareja estelar de nativo e inmigrante François Cluzet y Omar Sy. Pero la verdadera referencia que inspira “La vache” es sin duda el clásico popular de Henri Verneuil “La vaca y el prisionero” (1959), hecha a mayor gloria del cómico Fernandel y su vaca Marguerite. Juntos huían durante la II Guerra Mundial de una granja alemana en pos de la libertad, que todavía era en blanco y negro. El director Mohamed Hamidi, que ha escrito la película junto al actor Fatsah Bouyahmed, no dudan en reconocer tan clara referencia. A Hamidi le ha servido en su segundo largometraje para poder hablar de la inmigración desde el Norte de África en clave de humor, ya que su ópera prima “Mi tierra” (2013) era más seria, al mostrar a las nuevas generaciones nacidas en el Estado francés que lo desconocen todo sobre sus orígenes, y se les hace duro regresar a ellos.

En realidad la película ha sido rodada en Marruecos, en el desierto de Agafay. Y fueron empleadas dos vacas, una marroquí en principio, y otra de Saboya para las escenas que transcurren en el Estado francés. La banda sonora es lo mejor y es altamente recomendable, habiendo sido compuesta e interpretada por el trompetista libanés Ibrahim Maalouf y la Haïdouti Orkestar. De tema central o reivindicativo se utiliza una vez más el “I Will Survive” de Gloria Gaynor, pero en la versión francófona “Je survivrai” de Régine que fue grabada originalmente un año después, en 1979. El protagónico Fatsah Bouyahmed la canta emocionado en un karaoke.