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PANORAMIKA

Personal


En 1978 la artista estadounidense Dara Birnbaum (EEUU, 1946) realizaba una de las piezas más icónicas del videoarte de finales de los 70. Además, incidía en el surgimiento del trabajo feminista que grupos como Feminism Art Movement estaban llevando a cabo. En los poco más de 5 minutos que dura Technology/Transformation: Wonder Woman, la pantalla presenta la deconstrucción del famoso personaje Wonder Woman (Mujer Maravilla) a través de la repetición de fragmentos del programa televisivo. El momento de transformación de “mujer normal” a superheroína es repetido entre explosiones y carreras. Si nos asomamos al famoso lema «lo personal es político» –propuesto en un ensayo por la feminista Carol Hanisch en 1968– la construcción de lo político pasa por trabajar desde la intimidad, el círculo próximo, lo cotidiano y las relaciones personales.

A lo largo de la historia del arte, la invisibilidad del trabajo de las mujeres es algo que aún hoy persiste. A pesar de los aparentes esfuerzos institucionales por cumplir con cuotas y políticas exigentes, el camino por recorrer es largo y la responsabilidad pertenece al conjunto de la sociedad. Interiorizar sensibilidades y criterios feministas, frente a la política resultadista de los porcentajes y las cifras, es un reto aún mayor pero igualmente necesario. Como en el vídeo de Birnbaum, el desmontaje del estereotipo y la relectura de la cultura de masas se antoja como un diagnóstico imprescindible para la construcción de una sociedad saludable y la visibilidad y localización de espacios de opresión estructural.

El pasado 8 de julio se inauguró en BilbaoArte la exposición colectiva “El Círculo”, que adopta su título de la película dirigida en el año 2000 por Jafar Panahi. Como en el filme, mujeres de diferente procedencia se encuentran en torno a un relato común que de forma transversal las atraviesa y las une. Hasta el 19 de agosto el centro alberga el trabajo de Iranzu Antona, Naia Del Castillo, Gentz Del Valle, Usoa Fullaondo, Zuhar Iruretagoiena Labeaga y Sra. Polaroiska. La propuesta expositiva permite disfrutar de los trabajos de todas las participantes cuya materialización abarca diferentes disciplinas. Pero como complemento a la muestra y quizás una de las partes más interesantes de todo el proceso, ha sido la posibilidad de asistir a diferentes ponencias que las participantes han ido realizando en el propio centro. Desde la ponencia inicial en enero, hasta la final en junio, las propias artistas han tomado la palabra para asumir una responsabilidad en su papel como creadoras contemporáneas inscritas en un contexto concreto como es el arte en Euskal Herria.

Hasta el 4 de septiembre, el Gabinete Abstracto de la Sala Rekalde de Bilbo, acoge el proyecto “Barrenbila” de la artista Zaloa Ipiña (Bilbo, 1986), incluida dentro del programa barriek 2016. La enigmática resolución formal de las piezas, que crea mediante la luz y estructuras transparentes una atmósfera de intimidad y quietud, nos hace partícipes de espacios de intimidad y encierro. Una traslación de lo cotidiano a la sala expositiva que se asienta desde lo volátil y lo etéreo. Los denominados espacios ópticos expandidos conforman esta búsqueda interior que Ipiña presenta como lugares intermedios entre el exterior y el interior de nuestras estancias diarias.