Arny Margret

El segundo álbum de la cantautora islandesa Arny Margret, titulado “I Miss You, I Do”, llega como una obra que destila introspección y un refinado mestizaje sonoro. Es un trabajo que recoge sesiones grabadas durante los viajes de Margret a Nueva York, Carolina del Norte y Colorado, además de las realizadas en su Islandia natal. En medio de una extensa gira internacional, la artista encontró inspiración para escribir prolíficamente mientras iba contactando con productores y músicos que aportaron sus talentos a este proyecto.

El material de Arny, caracterizado por su atmósfera envolvente y su carga reflexiva, se ve enriquecido por diferentes arreglos que ofrece el tener al lado a una banda completa. Por ejemplo, se perciben con claridad los matices country que colorean las canciones. El uso de teclados, banjo, harmonium y guitarra slide, entre otros instrumentos, aportan un aire orgánico y cálido y dotan al disco de una textura folk más rica y americana. Estos elementos no solo añaden una ambientación evocadora, sino que potencian su habilidad innata para tejer imágenes líricas en una composición cargada de profundidad.

Desde las primeras notas de la canción que da título al álbum, se despliega como un diario abierto. La voz de Margret -suave pero penetrante- flota sobre una cálida base de guitarra acústica y sutiles florituras eléctricas. «Veintitrés y una crisis de mediana edad / ¿Me cantarás hasta dormir?», entona, con letras que pintan un retrato vívido de una juventud ensombrecida por una angustia existencial. Compuesta en un arrebato de inspiración nocturna, la canción establece el tono de un álbum que se siente tanto espontáneo como meticulosamente elaborado, un testimonio de la habilidad de Margret para canalizar emociones crudas en melodías.

Para dar forma a su visión creativa, se rodeó de un equipo de productores de primer nivel. Aquí encontramos a Josh Kaufman, colaborador de The National, This Is The Kit y The War On Drugs, Andrew Berlin asociado a Gregory Alan Isakov y Brad Cook que ha trabajado con artistas como Bon Iver, Waxahatchee y Big Red Machine. Sin olvidarnos de su colaborador habitual, el islandés Guðmundur “Kiddi” Kristinn Jónsson, conocido por su trabajo con Ásgeir. El resultado de juntar el trabajo de todos ellos es un disco que consolida a Arny Margret como una voz singular en la escena musical contemporánea.

Hay que destacar que este trabajo marca un paso audaz para Margret, quien amplía su paleta sonora sin perder la esencia cruda y emocional que definió su debut, “They Only Talk About the Weather” (2022). Las canciones reflejan un diario personal de la artista, capturando momentos de amor, añoranza y crecimiento. Cada tema lo plantea como un instante congelado en el tiempo, una reflexión sobre la distancia y el estar unidos, subrayando la sinceridad con la que invita a los oyentes a sumergirse en su mundo.

Throwing Muses

“Moonlight Concessions” vuelve a lo básico, un regreso de Throwing Muses a su mejor versión gracias a los bocetos precisos de Kristin Hersh y sus arreglos musicales. El álbum sigue a su aclamado “Sun Racket” de 2020, un conjunto lleno de historias duras salpicadas de imágenes surrealistas. Producido por la propia Hersh en el Stable Sound Studio de Steve Rizzo en Portsmouth, Rhode Island, “Moonlight Concessions” es una colección de fragmentos de la vida cotidiana escritos en grande. Inspirado por “Vidas cruzadas”, del escritor Raymond Carver, por conversaciones escuchadas, sucesos relatados y frases reveladoras, ilustra los tiempos actuales.