18 MAI 2025 SALUD Día de la Madre La nutricionista de 7K aprovecha la cercanía del recién celebrado Día de la Madre para resaltar el vínculo de las madres con sus hijos y acercarlo al terreno de la alimentación, demostrando que va más allá del mero hecho de comer. (Getty) Xandra Romero Sin duda hay muchas cosas que les debemos a las madres pero, evidentemente, no voy a escribir sobre lo que muchos tenemos que agradecerles. Y, consciente de que este artículo se publicará más tarde, lo escribo hoy, domingo 4 de mayo, Día de la Madre, y decido hacerlo porque ser madre está inexorablemente unido a la nutrición y la alimentación. Y es que todo lo que escribo, así como el enfoque que le doy a mi profesión en el sentido más clínico, no se debe a nada académico que aprendiese durante la carrera, no. Todo se lo debo a mi madre. Y así, creo que muchos, y por desgracia no todos los profesionales sanitarios que nos dedicamos a cuidar, a acompañar a los demás, se lo debemos en gran medida a nuestras madres. Porque la alimentación es mucho más que comer. Cuando una madre alimenta a su hijo, no solo le aporta nutrientes y energía; nutrir y alimentar es siempre un acto de cuidado, es vínculo y es amor. Así queda patente desde la fisiología y la biología; la alimentación del ser humano en su etapa más inicial está a cargo de la madre y, a medida que crecemos, ese alimento es dejado atrás, pero ese vínculo primigenio, jamás se rompe. Porque lo que nos enseñan no es solo qué se come, cómo se cocina, ni cómo se come; nos enseñan que lo realmente valioso de ese momento es con quién se come y en qué ambiente se realiza. En este sentido, por ejemplo, tengo claro que lo más importante de mi trabajo clínico como nutricionista en un comedor para adolescentes con Trastorno de Alimentación no es lo que decido que coman mis pacientes; es cómo les miro y les veo, de qué les hablo, por qué cosas me intereso y cómo les acompaño cuando aparecen dificultades. Y todo esto que pasa en torno a la comida, su mayor miedo, se convierte finalmente en cuidado. Y es que en mi casa la comida siempre ha sido una forma de demostrar amor y, ahora que yo soy madre, sé que pensar, organizar, comprar y cocinar para mi hijo se traduce literalmente en cariño, esfuerzo, dedicación, escucha y mucho, mucho cuidado. Las madres son esenciales en nuestra memoria alimentaria; no por casualidad relacionamos, cuando ya hemos crecido, el sabor de la comida casera con nuestras madres y abuelas; tampoco es casual que nuestros platos preferidos sean aquellos que nos recuerdan a nuestra infancia. La alimentación está inexorablemente ligada al lazo materno. Elikatzea ez da soilik jaten ematea Amaren Eguna deritzana duela egun batzuk ospatu zen, eta lerro hauetara dakar Xandra Romero nutrizionistak gure amek elikaduran izan duten garrantzia. Izan ere, seme-alabak elikatzea ez da soilik haiei jaten emateko ariketa hutsal bat. Bere iritziz, elikaduraren bitartez bizitza osoan zehar irauten duten loturak ezartzen dira. Horregatik da inguruan dituzun horiei jaten ematea maitasun keinu bat.