05 OCT. 2025 KIROLA El deporte educa, inspira y moviliza (Aritz Loiola | FOKU) Unai Jorge Fernández / Salto Training {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} El deporte no es solo un juego. Más allá del resultado, constituye un fenómeno sociológico que refleja cultura, tensiones, identidades y aspiraciones colectivas. Hace días que terminó la Vuelta Ciclista 2025, la cual quedará en el recuerdo por el desenlace deportivo y por el movimiento social que trataba de expulsar al equipo ciclista Israel-Premier Tech debido al conflicto bélico existente contra Palestina. Desde su paso por Euskal Herria, el nivel de crispación ha ido aumentando, consiguiendo paralizar la carrera, desviarla o reducirla. Así, las carreteras se han transformado en un espacio de denuncia, visibilizando el desacuerdo de la sociedad con la actitud de Israel frente a los palestinos. Y es que, el deporte circula inevitablemente por el terreno de lo político y lo social. Existen muchos antecedentes que nos hacen ver que el deporte puede modificar el devenir de la historia. Aquí van algunos ejemplos. En Sudáfrica, Nelson Mandela supo ver en el rugby una vía de reconciliación nacional. En los Juegos Olímpicos de México 1968, Tommie Smith y John Carlos, en su aparición en el pódium, levantaron el puño con un guante negro en señal de lucha contra el racismo, un gesto que se convirtió en símbolo de resistencia. El deporte también está presente en la lucha por la igualdad de género, como bien demostró la tenista Billie Jean King en 1973. Esta mujer desafió los prejuicios de género en el partido denominado como “Battle of the Sexes”, además de conseguir que el abierto de EEUU igualara el premio económico entre hombres y mujeres. Estos actos no fueron solo individuales, sino sociológicos: expresaron una necesidad social y lograron que el deporte se convirtiera en el origen del cambio. Gracias a la repercusión mediática que tienen los deportistas en la actualidad, se han convertido en modelos sociales. Sus actos trascienden el juego y se pueden convertir incluso en símbolos de resistencia: el deporte educa, inspira y moviliza. Después de finalizar la Vuelta 2025, los manifestantes no han conseguido poner fin a la guerra, pero al menos han logrado proyectar hacia el mundo que una parte de la sociedad rechaza la actitud de Israel y se solidariza con el pueblo palestino. La presión social aumenta y este acontecimiento desencadena otros movimientos afines a él.