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AZKEN PUNTUA

Democracia y libertad


Sigo la política con repugnancia, pienso la política con melancolía. Hay mucha gente en las cárceles simplemente por pensar, por idear en el alma. Sí; hay muchas cárceles. Hay poca gente en libertad para mirar al sol de frente. Sí; hay poca gente en libertad. Vivir, hoy, es bordear silenciosamente el silencio de formas múltiples extendido como una red que han tendido políticos, jueces, policías, banqueros, sabios profesores de baratillo… Todos esperan la caza en nombre de la democracia que es, simplemente, el Sistema. En estas elecciones yo he votado libertad. Es decir, no he votado. Pero he echado el alpiste a mis gorriones, que con su uniforme pardo trabajan incansablemente una libertad que luego me regalan para mantener en marcha la ecuación simple que custodio como cristiano: libertad-invención-vida-fe. Y a la inversa: fe-vida-invención-libertad. Sí; hay que elegir: Sistema o Libertad; Democracia o Pensamiento. Afuera siguen gritándome que me reprimirán de mil formas luciendo el fasces que les autoriza a hacerlo. Hoy leo que se han ahogado unos hermanos negros que huían de la muerte hacia el Sistema poblado de amenazas. Viven ya en libertad, porque como cantaba Machín, que conocí, en el cielo hay también «angelitos negros». Ahora les dirán solamente a mis contados lectores: «No lea usted a ese viejo chocho».