«Gracias a todos los euskaldunes que se acercan a los Pirineos»
El oñatiarra trasmite agradecimiento y orgullo ante los aficionados vascos que desde hoy se van a acercar a los Pirineos a apoyar a todos los ciclistas con un comportamiento que aprecia mucho el pelotón. También está feliz con un equipo Trek que vivirá un Tour especial porque es el último de su líder Cancellara y en el que buscarán una victoria de etapa y un Top 10 en la general con Mollema.
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Irizar ya se ha dejado ver en fuga, pero asume que su labor es trabajar para el equipo en la primera semana de Tour y que eso merma sus opciones de poder ganar una etapa.
¿Tiene mérito entrar un año más en el equipo del Tour de Trek?
El Tour es la carrera de tres semanas más importante, aunque para mí la más bonita es el Giro, y hace mucha ilusión correrla porque es donde más puede disfrutar la afición euskaldun. Es mi decimotercera temporada, siete en el extranjero en esta estructura. Han confiado en Haimar y en mí e intentamos devolverles la confianza. Este año la suerte no ha estado de nuestro lado. En San Remo a Cancellara le pilló la caída de Sagan, pero ganó Strade Bianche y las cronos de Tirreno y Algarve. En Harelbeke hicimos cuarto y quinto con él y Jasper, que ganó Kuurne. En el Giro Nizzolo ganó el maillot rojo y la última etapa, aunque nos la quitaron, y ahora esperamos estar a un buen nivel en el Tour y hacer Top 10 con Bauke y conseguir una etapa. Estamos muy motivados con ganas de hacerlo bien y devolver a los sponsors la confianza en un año en el que en abril llegó Segafredo y ahora CA.
Trek apostó por Cancellara y el equipo tiene futuro tras su adiós.
Somos uno de los equipos con más estabilidad porque Trek es una marca de bicicletas y solo puede apostar por el ciclismo. Su estrategia comercial ha sido hacer su propio equipo y ahora ha llegado Segafredo para tres años con una aportación importante y CA es una empresa muy potente. De momento vienen para dos años y asegura el equipo para las siguientes temporadas.
Lo más complicado fue empezar. Trek es una empresa conservadora, familiar, y cuando arrancaron con el equipo no querían pillarse los dedos. Gran parte del presupuesto se dedicó a Fabian, no te puedes reforzar y eso te hace depender mucho de él. Ahora que se va, para 2017 hay más poder económico y se van a hacer fichajes interesantes que garantizan que el equipo va a estar muy presente en los próximos años. Es una apuesta importante y espero que recoja los frutos.
¿Trek va a fichar a Contador?
No está claro. Hay interés, la gente dice que está hecho, pero no sé nada. También iba a venir Nibali y al final se torció. En pocas semanas se sabrá. Tenemos un corredor de clásicas ya fichado que el 1 de agosto será público –N.R. Degenkolb–. Con él y Stuyven tenemos cubiertos el grupo de las clásicas. Nos falta un líder para grandes vueltas, gente que vaya para arriba.
Usted y Haimar van a seguir...
La idea es seguir los dos y acabar nuestra carrera aquí. Se portan muy bien y por sus actos demuestran que descontentos no están. He disfrutado en este equipo muchísimo más que cuando estaba en casa, corro más tranquilo, más relajado.
¿Será un Tour especial por el adiós de Cancellara?
Lo fue en Roubaix, porque fue la última de Fabian y la última carrera de Popovych para el grupo que llevamos juntos un montón de años. El Tour también va a ser especial porque es el último año de Fabian. No se retira en el Tour, pero será emotivo cuando llegue a Berna. Ha habido gente que ha llegado aquí porque han pasado los filtros por su calidad y otros han tenido que luchar y porque es su pasión. Yo soy de los que he llegado porque mucha gente me ha ayudado y porque era mi pasión y echaré de menos a Fabian.
¿Le ha faltado un prólogo para poder vestirse de amarillo otra vez?
Con un prólogo libraríamos medio Tour. El año pasado fue tercero, cogió el maillot y la etapa siguiente se cayó y abandonó. Una prólogo te puede solucionar el Tour y es una pena, pero hay una crono de 35 kilómetros y esperamos que lo pueda hacer bien y gane una etapa. El año pasado casi ganó cuando cogió el maillot. Ha ganado el prólogo de Suiza y su campeonato, y está bien y tranquilo. Más que otras veces. Está disfrutando más que nunca con mucha menos tensión. Lo veo diferente, a mejor.
En Flandes le dolió porque, aunque estaba Sagan como un cohete, se dio cuenta de que se equivocó al no seguirle por lo menos para disputarla. En Roubaix se cayó antes de Arenberg y perdimos dos corredores, me puse a tirar y cuando parecía que iba a cazar se volvió a caer y te das cuenta que no es el día.
¿Se llega a soñar con ganar una etapa en el Tour?
Mientras que sea gratis habrá que soñar, pero es muy complicado porque nunca he ganado una. La primera semana gasto mucho para ayudar a los compañeros y cuando tengo libertad en etapas de montaña buscan las fugas escaladores que no han gastado la primera semana. Algunas veces, en entrenamientos largos, se me va la cabeza y hasta sueño con esa sensación y mientras estás alguna opción hay, por muy remota que sea. Al final todas las carreras son para escaladores. Hay una crono y te meten un puerto, en la Vuelta hay once finales en alto y éste es un Tour para escaladores puros.
Hoy se llega a los Pirineos...
Y me gustaría dar las gracias a todos los euskaldunes que se acercan a Pirineos. Se nota la ausencia de Euskaltel, pero los fieles siguen viniendo con las ikurriñas y sus lata de cola y con sus buenas palabras. Se agradece cuando vas en la grupeta y recibes ánimos. Los corredores lo valoramos. Los euskaldunes no somos muy de pedir, sino de dar, somos más de hacer un favor que de pedirlo. Hasta en esto se ve la personalidad. Es complicado que un euskaldun te pida un bidón, siempre te anima. En la Vuelta la gente no anima, te dice que le des un bidón y ni un “por favor”. En una etapa de la Vuelta a un chaval le dije que le daba un bidón porque, entre 200, fue el primero que me lo pidió por favor. Tenemos la suerte de haber nacido en una nación con mucha cultura ciclista. En una grupeta cuando vemos ikurriñas se dice que seguro que tienen cocacolas y dejamos distancia para cogerlas todos. Los que vamos a media hora de cabeza lo agradecemos y te llena ser euskaldun y pertenecer a este país pequeño de tamaño, pero grande en valores.
Por eso para mí el llevar la ikurriña en el maillot es un orgullo a pesar de que el equipo recibe mucho palos. En mi pasaporte y mi carnet pone que soy español, pero mis sentimientos son los que son, mi lengua es el euskera y si he sido ciclista profesional es gracias a la afición y a las instituciones vascas. Tras superar el cáncer, Miguel Madariaga me echó un capote porque había dinero público de las instituciones y de los socios. Les debo mucho y donde quiera que voy, y aunque cuesta vender un país, les explico mi punto de vista y me gustaría que se me respetara. Soy euskaldun y no voy en contra de nadie. Euskalduna naiz eta harro nago!